Por Luanna Orjuela Murcia |10 de noviembre de 2021, 9:01 AM

Hace pocos días la diseñadora nacional, Jessica González, reveló que había sido víctima de un "acoso personalizado" desde hace más de tres años, ocasionado por un hombre de apellidos Abrego Cubilla, de 31 años de edad.

La también Dj denunció un vacío legal en la Ley contra el acoso sexual callejero, ya que no se contemplan casos como el de ella (más detalles en el video adjunto).

“La ley contra el acoso sexual callejero tiene un vacío enorme, tiene un vacío enorme que es este tipo de acoso, en el que un hombre te persigue, sabe dónde vives, te escribe constantemente… este acoso que he vivido no se contempla en la ley", dijo la diseñadora.

Se le consultó al diputado José María Villalta, quien integra la Comisión de la Mujer en la Asamblea Legislativa, si concuerda con el vacío legal que denuncia la figura pública. 

"Creo que efectivamente hay un vacío, no es tanto en la Ley contra el acoso sexual callejero, porque está previsto como una situación esporádica que se da entre personas que no son conocidas en la calle. Y en el caso de Jessica estamos ante otro tipo de violencia mucho más sistemática, una persecución, hostigamiento permanente y personalizado y delitos más graves como la violación del domicilio", indicó el legislador del Frente Amplio.

¿Son comunes estos casos?

Sí, son comunes. Aparte de Jessica, la modelo y presentadora Karina Ramos también fue hostigada por un acosador, que actúa de una forma que no se contempla en la ley.

"Al igual que el caso de Jessica, es una persona que yo no conozco, me abordó por redes sociales y poco a poco yo empecé a ver que era más y más insistente. Ya luego empezó a decirme cosas como que mi relación con mi novio es una mentira porque yo lo amaba a él. Entonces ya empecé a notar una conducta bastante extraña y dejé de abrir los mensajes, empecé a ignorarlo, luego lo bloqueé, pero apareció en otros perfiles. Luego logramos entender que era uno de los chicos que había matriculado en la academia (Imagination Agency) para estar en contacto conmigo. Era muy extraño las cosas que él enviaba al grupo de estudiantes e insistía en que le diera mi número de WhatsApp en las clases. Tuve que hacer el caso público para ver si así consegía que me dejara en paz. Incluso lo amenacé con que lo iba a denunciar, pero no le importó, así que presenté la denuncia formal y ahorita estoy esperando a que se lleve a cabo el juicio", explicó Ramos sobre su situación (más detalles del caso en el video adjunto).

Una problemática que no solo afecta a las figuras públicas

Otro caso es el de Mayden Chamorro de 35 años, vecina de Villas de Ayarco, quien se desempeña como Analista de Calidad. Ella es otra mujer que ha sufrido de un tipo de acoso personalizado y no ha podido conseguir justicia. 

"Mi caso se dio en julio del año pasado cuando empecé a notar que todos los jueves aparecía, afuera de mi casa, ropa interior de mujer usada, con manchas y fluidos corporales. A veces recibía flores que cortaban del patio de los vecinos, acompañadas por una tanga sucia, y yo siempre los botaba", contó Chamorro.

Inicialmente creyó que tal vez una persona pasaba por su casa y se le caían las prendas por accidente, pero decidió comprar cámaras de seguridad para ver qué estaba pasando. Para su sorpresa, se dio cuenta de que un señor mayor venía a dejar la ropa interior todos los jueves en su domicilio. 

"Me di cuenta por otros vecinos que él me vigilaba, se quedaba en la esquina, se escondía, asumo yo que quería ver mi reacción de recibir las prendas. Cuando vio que yo barría de la acera la ropa, la empezó a dejar en los árboles, se quedaba bastante tiempo acomodándola a su gusto", resaltó la Analista de Calidad.

Video cortesía de Mayden Chamorro en el cual se ve al sujeto acomodando la ropa interior en los arbolitos afuera de la casa.

Cuando Chamorro logró conseguir suficientes evidencias, subió los videos a las redes sociales para ver si alguien podía identificar al hombre y así presentar una denuncia formal. 

"Lamentablemente nadie lo logró identificar y entonces fui al Organismo de Investigación Judicial (OIJ), y el OIJ al inició no me quería tomar la denuncia porque él no se me había acercado ni hablado. Como a muchos medios les interesó la nota y la compartieron, el OIJ se dio cuenta que yo era la persona de la que hablaban las redes sociales, y ahí sí decidieron atenderme. Honestamente en el OIJ no sentí suficiente apoyo, tuve que pasar varias veces los videos porque pasaban cambiando a las personas que estaban en el caso. Yo sentí que solo me ayudaban para no decir que me dejaron desprotegida", señaló la vecina de Villas de Ayarco.
Chamorro tuvo que instalar luces con sensores de movimiento, rótulos, más cámaras y alarmas en su casa. Al principio, estas medidas detuvieron al señor, pero luego volvió a retomar el acoso.

Ella incluso fue a la armería y compró un gas pimienta y un chuzo eléctrico, porque son la única forma en que se siente protegida.

"Un día que él estaba merodeando en las afueras de mi casa, un vecino lo capturó, llamamos a la Policía, se lo llevaron y recibí una notificación que debía de dar mi declaración en la Fiscalía. Cuando voy y declaro, el fiscal se posicionó en mi contra. Justificó al señor, porque cuando lo detuvieron e hicieron las investigaciones, resultó ser que tenía una discapacidad de habla. El fiscal me dijo que se trataba de una persona con discapacidad, pero yo le expliqué que él no es discapacitado mental, a pesar de tener dificultades para hablar, él tenía conciencia de lo que estaba haciendo. El fiscal me dijo que, al contrario, que yo le estaba haciendo daño a él al decidir  denunciarlo, porque él era una persona necesitada y de bajos recursos, y que yo más bien tenía estabilidad económica".

Nunca se supo de dónde sacaba este hombre las prendas, Mayden asegura que  tiene miedo de que estuviera abusando a otras mujeres y dejándole la ropa interior de ellas como un "trofeo". 

"Yo sí le dije al fiscal que se estaban yendo al lado de él, y que no estaban entendiendo mi punto. Yo vivo sola con un niño y me daba miedo porque me contactaron agentes del OIJ explicando que el señor me tenía vigilada y que tenía una obsesión fuerte conmigo. Él, en su perfil psicológico, está convencido que lo que hace a mí me va a gustar. Si él rondaba mi casa es porque esperaba abusar de mi sexualmente. Ha sido una situación difícil", subrayó.

Mayden siente impotencia en su caso porque la Fiscalía le indicó que tenía que presentar otra dirección del hombre porque a él no lo podían localizar. Si no lo hacía, la denuncia se iba a desestimar. 

"Uno se siente sumamente mal y esa impotencia de ver que las autoridades no me ayudaban. Yo no tengo manera de dar otra dirección, porque la Policía lo escoltó hasta la casa, él estuvo detenido solo una hora, luego lo soltaron y eso quedó en nada, uno se siente mal porque quería que se marcara un precedente por si acosaba a otra mujer", finalizó.

¿Cómo se podría llenar el vacío?

Según el diputado Villalta, se debe de reformar la Ley de Penalización de la Violencia Contra las Mujeres. "Definitivamente hay que incluir un caso como este (Jessica), cuando hay un acoso motivado en violencia de género, de persecución, acoso, de posesión de una mujer en una situación no deseada, habría que incluir un caso como este, tanto el tema de violación de domicilio como el tema de acoso cuando está motivado por estas razones de este tipo". 

Si paso por una situación como esta, ¿cómo denuncio?

La recomendación es llamar al 9-1-1, y la central lo comunicará a las autoridades competentes, empezando por la Fuerza Pública. 

Villalta asegura que hace falta dar más capacitaciones a los funcionarios del 9-1-1 como a las fuerzas de la Policía para sensibilizarlos para atender estos casos de violencia de género de forma prioritaria. 

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