Por Susana Peña Nassar |1 de julio de 2022, 21:52 PM

Las luces de una soda y una pulpería llamaban la atención en medio de las solitarias calles de Upala, Alajuela.

La mayoría de los negocios del cantón cerraron desde temprano, debido a la alerta para resguardarse de los eventuales efectos de la tormenta tropical Bonnie; pero estos dos comercios tomaron otra decisión: mantenerse abiertos.

"Lo hicimos porque muchas personas, a estas horas, nos piden comida; para ayudarles mientras ellos están en lo que es mudanza (evacuación). Tenemos un plan, estamos acomodando las cosas arriba para que no se nos mojen y, en caso de inundación, ya tenemos el lugar donde nos vamos a ir a albergar", dijo Maureen Ramírez, quien atendía una soda donde había al menos cuatro clientes.

El restaurante mantuvo su operación con normalidad.​

Dos negocios hacia la derecha, una venta de frutas y verduras también estaba operando con normalidad.

"Nosotros trabajamos con perecederos, con todo lo que son frutas, entonces se tomó la decisión porque es una zona bastante alta, poco inundable, una de las zonas que, para el huracán Otto, no se inundó; también para ayudar un poco a las personas que buscan alimentos en la noche, por alguna emergencia", añadió Geovanny Moraga, dependiente, quien reconoce que son muy poco los compradores que han llegado durante la noche de este viernes.

La mayoría de negocios cerraron sus puertas desde temprano.

Muchos negocios del centro de este cantón alajuelense se organizaron para colocar sacos de arena y plásticos en sus entradas, con el objetivo de evitar la entrada de agua en caso de inundación.