Por Eric Corrales |17 de noviembre de 2022, 13:30 PM

El pequeño Kevin, quien ha conmovido a muchos por su fuerza y simpatía a pesar de enfrentar una delicada cirugía de corazón, ya logró salir de la Unidad de Cuidados Intensivos y se encuentra en salón.

La noticia fue confirmada a Teletica.com por su madre, Cynthia Ramírez, quien se encuentra en el Hospital Nacional de Niños junto a su hijo.

“La cirugía duró ocho horas, el jueves, de 7 a. m. a 3 p. m., fue bastante delicada, le pusieron válvula mecánica, esto implica que Kevin va a quedar anticoagulado de por vida.

“Fue muy difícil verlo como salió intubado, ver tantos niños acá con situaciones delicadas, que solo Dios los protege, es muy difícil para uno como papá”, contó.

El paciente tiene 7 años y fue operado para tratar una cardiopatía congénita. Sus padres ya perdieron a su hija mayor por la misma enfermedad; por eso, depositan toda su esperanza en la recuperación del menor.

Ganas de vivir

Su madre califica como "un milagro" las fuerzas de su hijo, así como la rapidez de su recuperación.

“Desde el viernes hemos visto un avance en él que consideramos un milagro, es inexplicable la fuerza y las ganas de vivir que él tiene. Con decirle que al siguiente día él despertó y solicitó que le quitaran los tubos, comenzó a pedir agua y a comer de lo más bien. Le han quitado vías, los tubos del pecho que drenaban, le han venido quitando cosas y cosas y por eso lo sacaron de UCI y pasaron a salón”, agregó.

Me van a reparar el corazón como a Pinocho: el niño que afronta una complicada cirugía
Kevin afrontó una complicada cirugía.

Pinocho mejorado

Kevin siempre comparó su vida con la de Pinocho, el muñeco de madera que necesitaba un corazón para ser un niño de verdad. Ahora, asegura, ya lo es.

“Él nos dice que ahora es la versión de ‘Pinocho transformer mejorado’. Estoy muy agradecida con Dios y que él tenga esa fuerza para levantarse y salir adelante. Nosotros, como papás, hacemos lo necesario para ver a los hijos bien”, acotó la madre.

La familia, oriunda de San Rafael Abajo de Desamparados, ha luchado toda su vida por sacar a sus hijos adelante. La mamá trabaja como payasita, también en construcción y, además, hace reparaciones a domicilio. Por su parte, el padre es mecánico a tiempo completo.

“Nosotros, de alguna manera, hemos querido devolver todo ese amor y todas las palabras de bendición con algunos papás, cargo mi bolso y mi actitud todos los días, traigo jugos y de todos, sé que hay papás que ni siquiera comen, entonces esa es mi manera de bendecirlos y decirles que acá estamos todos pasando lo mismo, darles algo pequeño de comer”, concluyó la madre.

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