Por Stefanía Colombari |19 de noviembre de 2022, 9:01 AM

¿Es posible reparar el daño a una víctima mientras se obtiene una segunda oportunidad para ser mejor ciudadano? La respuesta, de acuerdo con el Poder Judicial, es sí. Esto se puede a través de la justicia restaurativa.

Se trata de un procedimiento que permite que se llegue a suspender un proceso de prueba, realizar un proceso de conciliación, un proceso abreviado, la imposición de una pena alternativa o la modificación de una pena en etapa de ejecución. 

Esta forma de administrar la justicia inició hace diez años como un plan piloto que posteriormente en el 2019, se solidificó con la entrada en vigor de la Ley de Justicia Restaurativa.

El resultado desde entonces ha sido de más de 400 millones de colones en donaciones para las comunidades y dos millones de colones en horas de servicio comunal.

No se aplica en cualquier caso, es para aquellas personas que cometen un delito menor por primera vez. 

Se trata de delitos con una pena menor a 3 años de prisión, cuando no hubo violencia grave y no se ha beneficiado anteriormente de este beneficio en los últimos 5 años.

Delitos que pueden ser procesados por esta vía son la resistencia a la autoridad, conducción temeraria, uso de documento falso, hurto, entre otros.

El magistrado de la Sala III de Casación Penal y Rector de Justicia Restaurativa, Gerardo Alfaro, indicó que es necesario que las partes puedan resolver los conflictos entre ellas en casos como los anteriormente descritos. 

 "Solo podemos cambiar y romper paradigmas si estamos dispuestos a hacer lo extraordinario. Necesitamos transformar la justicia ordinaria en extraordinaria, y devolver el conflicto a las partes, para que con el acompañamiento del equipo interdisciplinario puedan solucionar el conflicto." Afirmó el magistrado.

Un tercer actor en esta historia, además de la víctima y de quien cometió el delito menor, es la comunidad.  En este sentido se busca que la comunidad afectada por el delito participe de la resocialización y la reintegración de la persona ofensora.

"En matemáticas dos más dos son cuatro, en la conflictividad humana no hay matemáticas, y eso hay que entenderlo y saber gestionarlo. Hay que crear la solución con la comunidad, porque el conflicto trasciende a la comunidad. No podemos seguir el mismo camino que hemos seguido hasta ahora, hay que hacer esa transformación." agregó Alfaro. 

Durante el procedimiento, los jueces en compañía de personal del Ministerio Público y la Defensa Técnica, conforman reuniones en donde la víctima puede expresarse y también escuchar a la persona imputada reconocer el daño y explicar cómo lo piensa reparar.

De acuerdo con el Poder Judicial, durante la última década los acuerdos fijados a través de la Justicia Restaurativa registran un cumplimiento del 90%.