Por Luanna Orjuela Murcia |4 de mayo de 2019, 6:43 AM

“Lo hice por instinto de supervivencia y pensando en dar la lucha por mi esposa y mi hija. Fue un momento muy frustrante y desesperante.”

Esas fueron las palabras de Javier Esteban Mena un agente de la Dos Pinos, quien fue asaltado este viernes en Esparza y manejó por 30 minutos con un puñal incrustado en su estómago.

En una entrevista con Teletica.com Mena narró todos los detalles de esos minutos de desesperación en los que pensó que iba a perder la vida.

Momentos del asalto

Mena iba de camino a Puntarenas para una reunión con sus compradores. A eso de las 3 p. m. lo interceptaron dos motos con dos sujetos armados para asaltarlo, pero al darse cuenta que en el vehículo no había dinero se alteraron.

“Uno de los asaltantes le dice al otro que me dispare y al intentarlo la pistola no le funcionó. En ese momento pensé mil cosas, porque si volvía a tirar el gatillo esta vez sí podría disparar la bala y matarme”.

Al percatarse de esto, el agente golpeó a unos de los sujetos y al acercarse, el otro lo agredió en el rostro. Cayó al piso en sus rodillas y al levantarse para intentar subir al vehículo uno de los hombres le hizo la estocada.

A pesar de esto logró montarse en el vehículo y arrancar. Se encontraban en una calle muy sola cerca de la ruta 27.

“Yo me subí al carro y a los pocos metros fue cuando me di cuenta que tenía el puñal incrustado. No pensé en sacarme el arma porque me podía desangrar”.

Así manejó Mena por 23 kilómetros en unos 30 minutos, en búsqueda de una ambulancia o un policía de tránsito, pero fue finalmente auxiliado hasta que llegó al hospital Monseñor Sanabria.

De camino pudo grabar un vídeo para pedirle ayuda a sus compañeros, además se despide de su esposa e hija.

Al llegar al centro médico, estaba descompensado, pero fue rápidamente auxiliado.

“Para ser sincero creo que, si fue un milagro, porque por lo general una puñalada en esa parte del cuerpo afecta a los órganos, pero en mi caso no tuve mayor complicación”

Mena contó que fue desesperante porque no sabía si iba a poder llegar, y de camino no había podido contactar a su familia por la mala señal del lugar.

Un compañero de trabajo fue el que les informó. Después del procedimiento quirúrgico pudo ver a su esposa Karla Méndez y a su hija en el hospital.

Mena se encuentra estable en su vivienda en Miramar y junto a su familia agradece a todos los que han estado pendientes de él en sus oraciones.