Por Gloriana Casasola Calderón |3 de mayo de 2020, 19:58 PM

Sus rostros eran ajenos, ambos coincidieron en uno de los almuerzos que brinda el Club de Paz para los habitantes de calle, pero en ese momento no sabían que eran familia.

Cuando levantaron la lista de los asistentes, los apellidos coincidieron. Tenían 32 años de no verse.

Los hermanos son oriundos de Guanacaste, pero fueron separados desde muy pequeños. Este emotivo reencuentro sirvió de motivación para ambos hombres.

En los próximos días esperan reencontrarse con su madre, quien actualmente reside en Limón.