Por Stefanía Colombari |12 de junio de 2022, 14:13 PM

Cuando tenía 16 años, el costarricense Guillermo Hernández, decidió hacer un giro a su vida, tenía muy claro que quería construir una carrera militar en Estados Unidos, ese había sido sus sueño desde niño.

Vivía con su familia en San Rafael de Heredia y era estudiante del Colegio María Auxiliadora.

Un día tuvo la oportunidad de ir a vivir con un tío al país norteamericano y terminar ahí sus estudios de secundaria,. Ese sería el primer escalón para después comenzar con los trámites para ser reclutado en la Armada.

Para este joven militar era en ese momento frustrante ver en las noticias los acontecimientos que amenazaban la seguridad del mundo y no poder colaborar para defenderlo. 

“Estaba muy mal la situación con ISIS, yo veía los reportajes y me frustraba que no podía hacer nada” afirmó Hernández.

Llegó a Estados Unidos un 14 de marzo del 2015 a vivir con su tío a California, ingresó a la escuela secundaria y tras finalizarla un año y medio después, comenzó el proceso para poder obtener la residencia.

Pero Hernández no solo quería ingresar a la Armada, quería ingresar específicamente al Cuerpo de Infantería y convertirse en un marine y así lo logró.

“Hay diferentes ramas, cualquiera puede ir a la Armada pero no todo el mundo puede entrar a la Infantería Marina, eso es porque es la rama más dura, era un reto para mí” confesó Hernández.

Al inicio como no tenía aun la residencia no podía ser reclutado, sin embargo, sí le permitieron comenzar a entrenar con los marines y someterse a pruebas. Una vez con los papeles aprobados, logró incorporarse y así comenzar a cumplir su sueño de toda una vida.

Pasó seis años en el sur de Japón, estaba asignado al transporte de equipo de abastecimiento aéreo, que está encargado de proteger el Pacífico.Durante dichos años lo promovieron por mérito en varias ocasiones. 

En noviembre del 2021 se fue de Japón rumbo a una nueva etapa: los Blue Angels.

Los Blue Angels es el equipo de demostración aérea de la Armada, creado en 1946 tras la Segunda Guerra Mundial, con el objetivo de inspirar a los jóvenes para que se enlistaran en las filas del servicio militar. Realizan acrobacias y maniobras de alta complejidad en distintos tipos de espectáculos que muestran a lo largo y ancho de los Estados Unidos.

“Antes de irme de Japón, tenía que tomar una decisión sobre si tomaba otra ocupación especial, Entonces en ese momento salió un mensaje de que los Blue Angels estaban buscando a alguien con mis características”  comentó.

Hernández hoy de 24 años, es el encargado de dar mantenimiento a los equipos de supervivencia y seguridad que utilizan los pilotos, en caso de que ocurra una emergencia.

Dentro de un tiempo tendrá que salir de este equipo, pues el tiempo máximo que se puede dedicar a los Blue Angels son tres años.

Una vez que termine su misión ahí, desea promoverse a un rango superior, ser instructor y entrenar a los que serán los nuevos marines.

La última vez que visitó su natal Costa Rica fue hace tres años. Asegura que lo que más extraña del país es su familia, sus amigos, y el plato tradicional Gallo Pinto.