Por Adrián Marín |21 de julio de 2016, 4:19 AM

En lo que antes era una cantina reciben lecciones estudiantes del liceo rural San Isidro, en el cantón de León Cortés. Tras 10 años de espera pronto estrenarán un nuevo centro educativo.

Se tuvo que alquilar este lugar por la falta de una estructura para el colegio.

Ahora, en las mesas donde alguna vez habían cerveza y bocas, ahora hay libros, cuadernos y estudiantes con muchas ganas de salir adelante.

Los 82 alumnos de este colegio reconocen que ir a lecciones en estas condiciones es difícil.

Para ellos las buenas noticias llegarán pronto porque pasarán de este lugar a un nuevo colegio en el que el Ministerio de Educación Pública (MEP) invirtió ¢500 millones.

Tiene seis aulas, un moderno comedor, gimnasio, laboratorio, biblioteca y 16 baños.

Con el nuevo centro educativo esperan además que el número de alumnos sea mayor y motivarlos a que continúen con sus estudios y puedan terminar el bachillerato.

Los jóvenes están ansiosos por recibir lecciones en este nuevo lugar y dejar atrás este lugar que hoy los alberga.