Por Juan José Herrera |1 de julio de 2020, 13:30 PM

El fondo de créditos por ₡900 mil millones, anunciado por el Gobierno en mayo anterior, está lejos de cumplir con el objetivo de reactivación económica prometido.

A junio, los bancos estatales apenas habían colocado una pequeña fracción de ese monto, ya sea por lo difícil que es cumplir con los requisitos crediticios en medio de la pandemia o bien por lo inviable de asumir nuevas obligaciones ante la incertidumbre financiera actual.

El Banco Nacional, que puso a disposición de usuarios y empresas ₡300 mil millones, reportaba al 19 de junio anterior el traslado de poco más de ₡52 mil millones para capital de trabajo mediante 1.300 operaciones de crédito, 80% de estas relacionadas a los sectores de comercio, servicios, agricultura y ganadería.

Esto significa una sexta parte de lo proyectado en momentos en que el país se prepara para el embate más fuerte de la emergencia.

El Banco de Costa Rica, que anunció en mayo ₡109 mil millones para estas operaciones de reactivación, aseguró que al mes anterior tenía en etapa de análisis o negociación apenas ₡1.254 millones.

“En su mayoría todos los sectores han sido afectados por el COVID, en donde la generación de ingresos ve mermado su capacidad de asumir nuevas obligaciones financiera.

“El BCR está atendiendo todos los sectores y brindándoles el asesoramiento respectivo con el fin de ver la viabilidad de nuevos financiamientos, cada caso se analiza de forma individual para determinar si tiene la capacidad de pago para asumir una nueva obligación”, dijo la entidad a este medio.

El Banco Popular no brindó los detalles de sus operaciones.

Propuesta errada

El fracaso que está teniendo el Gobierno en esta apuesta de reactivación no es ni sorpresivo ni tampoco nuevo.

En junio de 2019, el Banco Central anunció una histórica rebaja en el encaje mínimo legal con el fin de estimular el otorgamiento de créditos en colones.

Esto, sumado a las constantes bajas en la Tasa de Política Monetaria, provocó una disminución en las tasas de interés y una liberación de casi ₡400 mil millones para préstamos que, finalmente, nunca se otorgaron.

“De acuerdo a nuestros registros la medida de rebajar el encaje mínimo legal, no influyó en la colocación de créditos a nivel institucional, ya que la colocación se mantuvo normal de acuerdo con cada temporada establecida”, reportó el BCR.

El Nacional no ofreció datos, pero se limitó a asegurar que esas medidas sí provocaron una baja sostenida en sus tasas de interés, que han disminuido hasta 2,95 puntos porcentuales desde marzo del año anterior.

A esto hay que sumarle también el fracaso de los llamados planes salvamento, presentados en diciembre anterior y que apuntaban precisamente a atender el preocupante sobreendeudamiento de los costarricenses.

En este punto, el Nacional reportó 810 financiamientos para un total de ₡7.761 millones de los ₡100 mil millones disponibles.

En el caso del BCR se colocaron ₡744.5 millones de los ₡25 mil millones anunciados.

“Todas estas propuestas lo que demuestran es lo desubicado e incapaz que es el Gobierno para entender la dinámica del mercado crediticio privado.

“Ellos no entienden cuáles son los factores que mueven la colocación de ese tipo de créditos, están entendiendo lo macro que es la necesidad del dinero que tienen las personas pero no entienden a nivel micro cómo funciona el mercado y las regulaciones que tienen que existir para promover esos préstamos”, aseguró el economista Eli Feinzaig.

El experto ha sido uno de los críticos más fuertes de esas propuestas gubernamentales, explicando precisamente la inviabilidad de esa apuesta en medio de la regulación del mercado financiero costarricense y ahora de la pandemia del COVID-19.

“Yo lo dije desde antes que iba a ser un fracaso y está siendo un fracaso. La cifra del BCR es un ridículo, máxime cuando esos mil millones ni siquiera es que están colocados, están en análisis.

“La del Nacional podría verse más significativa y habrá que ver si mejora con más tiempo, pero me da la impresión de que no se van a lograr esas metas y así para todos los bancos, porque mientras no se cree un fondo de avales de alguna naturaleza las empresas y las personas sencillamente no pueden acceder a un préstamo en las condiciones actuales sin ser asumidas como un riesgo para la salud financiera del propio sistema”, finalizó.