Por Mariela Montero Salazar |7 de abril de 2024, 8:00 AM

El presidente Ejecutivo del ICE, Marco Acuña,  proyecta una caída de casi el 10% en la generación de energía renovable y una mayor dependencia del petróleo para este año, debido a la sequía y la baja en precipitaciones ocasionadas por el fenómeno del Niño. De cumplirse sería la mayor caída en los últimos años.

Según el Centro Nacional de Control de Electricidad, Costa Rica experimentó una disminución en la generación de energía renovable, pasando del 98 y 99% entre 2015 y 2022, a un 94.91% en 2023. Las proyecciones sugieren que este año podría caer aún más.

"Esperamos que empiece a llover más, pero las proyecciones apuntan a que vamos a cerrar el año 2024 con un 90% de generación renovable y un 10% con generación térmica", explicó Acuña.

El principal problema se da con la generación hidroeléctrica, de la que el país depende en casi un 70%. Según Acuña, los niveles de los embalses han llegado a niveles bajos históricos y eso los obliga a depender más de las plantas térmicas. "Cuando no llueve, no hay suficiente agua en los ríos para generar energía hidroeléctrica. Ese faltante se sustituye con combustible", agregó.

La mayor dependencia del petróleo a su vez significa un aumento de costos. Solo en el alquiler de plantas térmicas, para aportar 150 megavatios al sistema, el ICE gastó $82 millones; a esto además hay que sumarle lo que se gaste en el uso de diésel para esas plantas.

A modo de ejemplo, Acuña explica que la Planta Térmica Garabito, con capacidad de 180 megavatios, consume dos barcos de búnker al mes, donde cada barco tiene 15 millones de litros.

Esta imagen con datos del Centro Nacional de Control de Electricidad del 4 de abril de este año, proporcionan un panorama del comportamiento de la generación por fuente. La línea roja muestra lo que está pasando con el uso de combustible.

Generación eléctrica CR

Más ayuda del sol y el viento

Ante este escenario, el ICE anunció una mayor inversión en energía solar y eólica en los próximos años. Según Acuña, esto es parte de un plan de expansión que debería estar funcionando para 2026. Actualmente, la generación solar representa menos de un 1% de nuestra matriz energética.

"Lo que buscamos es que cuando haya mucho sol, tengamos energía, porque probablemente en esos momentos va a haber poca agua, y de esa manera, se puede elevar la producción de energía sostenible, incluso en épocas del Niño", añadió Acuña.

El plan de expansión contempla más de 400 megavatios de energía solar y eólica, el 12% de la capacidad instalada actual, con una inversión de $540 millones, que mayoritariamente serían aportados por el sector privado, ya que el ICE invertirá un 30% de esa cifra.

Aun así, el ICE también apuesta por la construcción de una nueva planta hidroeléctrica. Se trata de un proyecto de $291 millones que entraría en 2030.

"No podemos depender solo de la generación variable. Por ejemplo, en la noche, las plantas solares no producen y en esos momentos, necesitamos reservas que las da la geotermia, las hidroeléctricas o las plantas térmicas. Para que siempre haya energía, necesitamos plantas firmes, por eso es que no podemos renunciar a la hidroelectricidad", explicó Acuña.

Según dijo, las incorporaciones nuevas de energía solar consumen la reserva firme actual disponible. Por eso, es que a futuro se necesitan más plantas hidroeléctricas para incluir más generación renovable variable.

TelegramTeleticacom