Por Daniel Carmona |26 de diciembre de 2022, 16:01 PM

En la casa de la familia Quesada Corsi es muy normal escuchar en estas épocas la frase "Sibú xít égui các bau˅cá ijchí duit quín̈ca morén̈" y no es un error de escritura ni del dispositivo del que lee esta nota, es "Feliz Navidad y próspero Año nuevo" en la lengua Boruca.

Miguel Quesada es un catedrático de la Universidad de Bergen en Noruega quien, además de hablar nueve idiomas, se dedica a estudiar y a rescatar las lenguas indígenas costarricenses.

Su amor por las lenguas nació desde pequeño, cuando inventaba sus propios dialectos y después se los enseñaba a sus hermanos.

"A mí siempre me interesaron los idiomas, desde chiquillo. Me acuerdo cuando estaba pequeño, como no teníamos ninguna oportunidad de aprender idiomas, yo me ponía a inventar palabras y les decía a mis hermanos: 'Vea, esto significa tal cosa. Y usted me contesta así'. Y en ese plan jugábamos”.

Quesada estudió filología en la Universidad de Costa Rica (UCR) y es uno de los costarricenses que son hablantes fluidos no nativos de la lengua Boruca.

"Cuando estuve en la Universidad de Costa Rica, una señora presentó una tesis de máster en idioma Boruca. A partir de ahí yo empecé a adquirir conocimientos sobre esa lengua, me compré los libros y luego yo mismo quise ayudar a rescatarla".

El catedrático trabaja en un proyecto que permite resguardar la pronunciación y la forma de escribir de esta lengua indígena costarricense, gracias a los fondos de las Universidades de Bergen y Costa Rica. 

"Aquí ha habido un apoyo increíble de diferentes fundaciones por rescatar lenguas minoritarias junto con la UCR, además que en Noruega también ha tenido una cierta tradición en el rescate de lenguas minoritarias, más que toda la Universidad de Oslo".

Quesada llevó el trabajo y su pasión por los idiomas hasta sus pequeñas hijas, que ya hablan tres lenguas diferentes, entre ellas el Boruca, y son capaces de distinguir más entre sus compañeros de escuela. 

"Ellas hablan tres fluidamente y el español lo tienen ahí guardadito. Pero es interesante porque en la escuela donde van hay muchos chiquitos de otros países y la mayor ya es capaz de distinguir quién habla ruso y quién habla polaco. Yo, con todo lo que a mí me gustan los idiomas, a veces no puedo hacerlo".

En nuestro país, varias lenguas minoritarias se han ido perdiendo o están a punto de desaparecer, pero con los esfuerzos de personas como Quesada y sus hijas, el Boruca se mantendrá a través de las generaciones.

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