Por Juan José Herrera |15 de julio de 2020, 10:31 AM

El porcentaje de la deuda pública en Costa Rica podría llegar hasta el 73,1% para 2021 si el país es golpeado por un segundo brote de la pandemia del COVID-19.

Así lo advirtió esta mañana la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) en el marco del tercer Estudio Económico de Costa Rica.

Según el organismo, Costa Rica cerrará este 2020 en una deuda del 67,9% que llegaría a 70,6% en 2021; sin embargo, si el país sufre el embate de un segundo brote del virus esos porcentajes subirán hasta el 68, 8% este año y 73,1% el próximo.

La OCDE presentó ambos escenarios como una forma de preparar a las autoridades en dos rutas que estimaron muy posibles si se toma en cuenta la situación actual de otros países miembros donde la pandemia golpeó primero.

El Gobierno apuesta a que los $2.250 millones que el Fondo Monetario Internacional podría girar a Costa Rica mediante un acuerdo stand-by permitan rebajar en 17% la deuda y llevarla hasta el 50%, pero esta proyección depende de la voluntad del Poder Legislativo.

Otras proyecciones

En el apartado del crecimiento, el organismo estimó una caída del Producto Interno Bruto (PIB) por el orden del 4,1% en el escenario actual, que se elevaría hasta el 4,9% si hay un segundo brote del virus.

Similar sucederá con la tasa de desempleo, que pasaría de una proyección de 15,9% actual a 17% en ese peor escenario.

La OCDE también estima que el déficit fiscal rondaría el 8,9% para 2020 bajo el panorama vigente y 9,1% en ese otro supuesto.

En esa proyección, el organismo insiste en que el 2021 traerá un escenario de recuperación leve pero sostenido, con una tasa de desempleo que en el peor de los casos cerrará en 15,5% y un déficit financiero por de entre el 7,1% y el 7,7%.

El ministro de Hacienda, Elian Villegas, confirmó ayer que de aprobarse el presupuesto extraordinario el déficit actual podría mantenerse en 8,6%, caso contrario se dispararía hasta el 9,7%.

La OCDE hizo un llamado vehemente a Costa Rica de mantenerse apegado al cumplimiento de la reforma fiscal apenas acabe la emergencia pues esto será “crítico” en su proceso de recuperación.

De igual forma instó a las autoridades reducir la burocracia y mejorar la eficiencia del gasto, reducir la informalidad y promover la inclusión financiera.