¿Cómo operaba la red de prostitución del “apéndice” del Tren de Aragua?
La promesa de una vida mejor, un sitio web y una deuda impagable forman parte del tortuoso camino que decenas de venezolanas tuvieron que atravesar.
El “apéndice” en Costa Rica de la temida organización transnacional conocida como Tren de Aragua fue “extirpado” en apenas la primera de tres fases de su establecimiento en el país.
La misma consistía de una red de prostitución, que inicia con el reclutamiento de venezolanas en situación de vulnerabilidad, y su posterior traslado a suelo nacional para su explotación sexual.
¿Pero cómo se atrapaba a las víctimas en esa estructura?
Sobre el particular, la Sección Especializada en Violencia de Género, Trata de Personas y Tráfico Ilícito de Migrantes del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) informó que, mediante engaños, a las ofendidas se les ofrecían empleos en el país como generadoras de contenido.
Por su parte, el fiscal contra la Trata de Personas y el Tráfico Ilícito de Migrantes, Asdrúbal Montero, indicó:
"La agrupación reclutaba venezolanas vulnerables. Las traían con la promesa de un futuro mejor. Las mismas venían a territorio costarricense a coste de la agrupación. Oscilaba, normalmente, en unos $5 o $3 mil el traer a esas personas. Posteriormente, les decían que tenían que dar servicios sexuales en favor de la agrupación para saldar esa deuda.
"Sin embargo, la manera de contener a las femeninas era que esta deuda se iba incrementando por multas que les ponían por comportamiento, llegadas tardías, orden y demás, lo cual hacía que las víctimas nunca pudieran salir del control de la agrupación".
La Policía Judicial precisó que las agraviadas, presuntamente, debían mantener relaciones sexuales con al menos 100 clientes para saldar la “deuda” correspondiente a su traslado, hospedaje, alimentación y demás.
A ello se debe agregar que se identificó un aparente patrón de maltrato físico y psicológico, así como presuntas restricciones severas a las comunicaciones de las mujeres con sus familias.
Tanto el Ministerio Público como el Organismo de Investigación Judicial identificaron a siete sospechosos de integrar la banda que se conocía en Costa Rica como “Los Orientales”. Cada una de esas personas —todas detenidas este martes— cumplían diferentes funciones. Por ejemplo, a una le correspondía ofrecer los servicios sexuales en un sitio web. Ahí, los clientes elegían a la mujer de su preferencia y luego hacían el depósito para la contratación, que debía coordinarse con otro sujeto.
Esas transferencias se hacían mediante el Sistema Nacional de Pagos Electrónicos (SINPE) Móvil, cuya administración le correspondía a otro integrante del grupo. Luego, otro miembro se encargaba del trasladado de la ofendida hasta un motel o la vivienda del cliente, donde eran explotadas sexualmente, de acuerdo con Montero.
Todas las ganancias de esos servicios terminaban en poder de la estructura criminal.
Los aprehendidos son cinco venezolanos de apellidos Escobar, Ferrer y Velásquez (tres); un ecuatoriano de apellido Lima; así como una nicaragüense de apellido López.
Crimen revelador
Precisamente, uno de los Velásquez también era requerido por el crimen de dos coterráneos suyos, de apellidos Pérez y Piñate, que ocurrió el 20 de noviembre de 2024 en un bar de San José.
Junto a él fueron detenidos, en los mismos allanamientos de este martes, otros tres venezolanos de apellidos Uriel, Rodríguez y Bogado.
Ese doble homicidio marcó así el inicio de la investigación general contra “Los Orientales”.
Ahora, los 11 extranjeros serán puestos a las órdenes del Ministerio Público, que deberá determinar su situación jurídica en el expediente 24-000064-1321-PE.
El fiscal Asdrúbal Montero explicó que esta pesquisa permitió detectar la “célula” del Tren de Aragua, antes de la expansión que ha tenido en otros países, como Colombia, Perú, Ecuador, Chile o Bolivia.
Después de consolidarse mediante el tráfico de personas con fines de explotación, este grupo suele avanzar hacia el tráfico local de drogas y, seguidamente, el trasiego de armas.
No obstante, la megabanda internacional también es usualmente vinculada con homicidios, extorsiones y secuestros, de ahí que sea considerada una de las organizaciones más violentas y peligrosas de América Latina.


