Por Luanna Orjuela Murcia |1 de febrero de 2022, 16:09 PM

La Cámara Nacional de Turismo (Canatur) esperaba "un poco más de flexibilidad, tolerancia y comprensión" de las autoridades en el caso del crucero Norwegian Bliss, que llegó al puerto de Caldera, Puntarenas, el sábado anterior, pero se tuvo que ir porque no fue autorizado el desembarque de 1.306 pasajeros y 1.677 tripulantes.

Ese día, la concesionaria Sociedad Portuaria de Caldera (SPC) negó el visto bueno para la operación, debido al reporte tardío del agente portuario Smyth International sobre 15 casos positivos de COVID-19 en el barco.

Ante esta situación, Teletica.com conversó con el presidente de Canatur, Rubén Acón. 

"Hubo un atraso en el comunicado de la agencia aduanal, entiendo que avisó con poco tiempo que el crucero venía con este problema (casos COVID-19), pero un atraso no debería de ser la razón para impedir el desembarque. Nosotros hubiéramos esperado un poco más de flexibilidad, tolerancia y comprensión, y que se hubiera permitido la operación. Hubo un manejo que pudo haberse hecho mejor", dijo Acón.

El presidente de Canatur asegura que van a revisar los protocolos para que no quede en el aire esa sensación de que "Costa Rica no quiere recibir a los cruceros", situación que los preocupa. "Estas acciones afectan la imagen de Costa Rica, Norwegian es una empresa muy importante, entonces un problema como este trasciende a todas las navieras, entonces las navieras podrían tomar la decisión de no venir a Costa Rica", agregó.

"Hay que entender la actividad y su entorno y en esa posición debemos de ser más tolerantes si algo no sale exactamente como el protocolo lo establece. Faltó sensibilidad de parte de la autoridad portuaria para evaluar todas las implicaciones de esa decisión, de manera que creo que debería de revisarse el protocolo para que eso no vuelva a pasar, para que no quede a la decisión caprichosa de alguien", comentó el representante de Canatur.

Por su parte, el director ejecutivo de la Asociación Costarricense de la Industria de Cruceros (ACIC), Felipe Sotela, señaló que están en constante comunicación con el Instituto Costarricense de Puertos del Pacífico (INCOP), el Ministerio de Salud y la SPC para tratar de evitar que la situación del sábado se repita.

Cuando un barco viene con casos COVID-19 se le notifica al Ministerio de Salud para que ellos realicen la inspección correspondiente, pero el sábado no se les brindó la hora de llegada del barco.

Tras una consulta de este medio, la autoridad sanitaria brindó su versión de los hechos.

"El Área Rectora de Salud de Esparza recibió el día 27 de enero de 2022, por medio del correo oficial de Vigilancia Marítima, la alerta sobre la llegada de un crucero con casos positivos COVID-19. Se procedió a responder de forma inmediata y se notificó la inspección correspondiente; a su vez, se solicitó la hora de arribo del crucero para las gestiones pertinentes a la Gerencia de Operaciones Marítimas de Puerto Caldera; sin embargo, esa información no fue subsanada.
 
El 28 de enero, se solicitó a la Gerencia de Operaciones Marítimas de Puerto Caldera la hora de llegada del crucero; sin embargo, tampoco se obtuvo respuesta.
 
El sábado 29 de enero, el Área Rectora de Esparza se trasladó hacia Puerto Caldera, ya que se confirmó el arribo del crucero, al llegar al lugar se le indica que no se autorizó el ingreso del navío".

Sociedad Portuaria de Caldera

Ante los señalamientos que hicieron Canatur y el Ministerio de Salud, Teletica.com solicitó una entrevista con Ricardo Ospina, el gerente de Puerto Caldera.

¿Cómo se dieron los hechos el sábado?

"Lo que sucedió fue algo bastante malo, o sea, bastante extraño. El buque llega al Puerto Caldera sin ningún aviso de traer una novedad. El piloto práctico es llamado para manejar el barco y cuando llega a hacer su maniobra de atraque, le avisan del barco que tienen un caso de COVID-19 a bordo y él toma la decisión de no abordar el barco y de hacer la maniobra desde la lancha de pilotos. Cuando el piloto práctico amarra el barco, le avisa a la gente de operaciones de Sociedad Portuaria que el barco trae casos de COVID-19 a bordo, nosotros nos abocamos, según el reglamento de los protocolos de seguridad, a preguntarle al INCOP y al Ministerio de Salud si ellos habían recibido algún tipo de notificación al respecto. El INCOP no había sido informado por parte del agente naviero. El Ministerio de Salud tampoco, de hecho, nos manifestó la doctora que había preguntado en tres ocasiones a qué hora arribaba el barco y que no había recibido respuesta, hasta el momento en que nosotros hicimos la consulta. Y que no era un caso, sino que eran 15 casos de COVID-19".

"El tema es que cuando un barco trae una novedad infectocontagiosa, el Reglamento General de Servicios Portuarios, que es lo que comanda nuestro servicio, comanda que el barco no puede ser atracado hasta que el Ministerio de Salud no determine si la situación está bajo control y ese atraque es permitido. Esto no sucedió, el barco estaba amarrado ya, porque a nadie le dijeron; lo que nosotros como puerto solicitamos es que el barco saliera a fondeo hasta que el Ministerio de Salud cumpliera los protocolos. La decisión que toma el buque es irse para Cartagena. Pero no tiene nada diferente al cumplimiento estricto de nuestra obligación contractual, que es cumplir con el Reglamento General de Servicios Portuarios".

"En esta situación pandémica que se está viviendo, nuestra obligación primero es velar por el cumplimiento del reglamento y, segundo, velar por la integridad y la salud de la gente que trabaja en el puerto del servicio de Costa Rica. Aquí en cada turno hay más de 1.000 costarricenses trabajando y un barco que se atraca sin advertir que trae una emergencia de COVID-19 y sin pedir que la visita se haga antes de atracar, es totalmente inaceptable", explicó Ospina.

¿Por qué no se le permitió a la doctora del Ministerio de Salud ingresar al barco?

No tengo la menor idea, no quiero presumir, pero lo que aparenta ser es que ante la instrucción del desatraque, el capitán del buque lo que dijo fue irse para Cartagena, pero no conozco la respuesta concreta.

¿Qué le responderían a Canatur ante su preocupación de que vuelva a suceder esta situación?

“Yo estoy completamente de acuerdo con ellos, los protocolos hay que cumplirlos y ellos no los cumplieron. Suena extraño que no avisen, activen los protocolos, no llamen al Ministerio de Salud como corresponde y después digan 'estoy muy preocupado por que esto vuelva a suceder'. No se vale que ellos mismos reconozcan que no se cumplieron los protocolos, pero que nosotros tuvimos que haber violado los protocolos para poder ayudar”.

En conclusión, Ospina espera que, la próxima vez que venga el crucero, los agentes navieros “hagan bien su trabajo” para que se realicen las operaciones, siempre protegiendo a los trabajadores del puerto y poder dar un servicio óptimo.

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