Por Susana Peña Nassar |26 de septiembre de 2021, 8:46 AM

Las bacterias, al igual que todos los seres vivos, evolucionan. Las reglas que rigen este proceso también son las mismas: únicamente sobrevivirán los microorganismos más aptos. Es decir, cada vez que las bacterias son "atacadas" con un antibiótico, muchas morirán, pero las más fuertes van a resistir y darán origen a nuevas cepas. 

En palabras sencillas, eso fue lo que ocurrió en el Centro Especializado de Atención de Pacientes con COVID-19 (CEACO), donde detectaron el brote de una bacteria "multirresistente" a antibióticos. La Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) confirmó que esta situación ha afectado a cuatro pacientes internados, dos de ellos murieron.

Los expertos aseguran que algunas bacterias son resistentes en su estado "silvestre o salvaje", pero la mayoría adquiere esa propiedad con el tiempo, por múltiples razones.

“¿Por qué la bacteria se vuelve resistente? Porque la presiona el ambiente, un antibiótico o la presiona otra bacteria y está compitiendo con ella. Entonces, la bacteria, como todo ser vivo, lo que trata es de sobrevivir. Entonces, una bacteria, si uno la ataca con un antibiótico, lo que va a tratar de hacer es crear, evolucionar, adaptarse y expresar el mecanismo de resistencia, de defensa”, explicó el doctor Manuel Ramírez, jefe de Infectología del Hospital San Juan de Dios.

Lo que sucede en el medioambiente tiene mucho peso en este fenómeno, según el especialista.

“En la producción pecuaria y agrícola se utilizan enormes cantidades de antibióticos para fomentar el crecimiento y disminuir la probabilidad de enfermedad de estos animales o plantas, lo cual no necesariamente es correcto o se hace de la mejor manera: eso termina creando un círculo vicioso, presionando a las distintas bacterias ambientales y bacterias que están en los animales y las plantas, que llegan a nosotros por otros mecanismos, a que al final terminen siento bacterias resistentes”, agregó Ramírez.

Bacterias hospitalarias

El ambiente hospitalario es muchísimo más favorable para que surjan las llamadas "súperbacterias", tal y como sucedió en el CEACO o, hace algunos meses, en el Hospital San Juan de Dios.

“La cantidad de antibióticos que usamos en un hospital no se compara, para nada, con la cantidad de antibióticos que se usan en la comunidad, es decir, que hay muchos residuos, mucha exposición y muchas bacterias que se van entrenando: aprenden que las punzaban con una aguja, entonces se ponen una coraza para que la aguja no las rompa; otro día aprenden que les bajan los zapatitos, entonces se ponen piedras en los zapatos para que no se los bajen; el día que les dan un pellizco, se ponen una armadura para que no les den pellizcos”, ejemplificó el doctor Álvaro Avilés, jefe de Infectología del Hospital México.

"En la comunidad no se usan tantos antibióticos y, aunque se usara una cantidad muy grande, es un efecto de dilución: la cantidad se diluye entre tanto ambiente, entre tantas personas afuera con tanta distancia. En el hospital, relativamente, hay menos pacientes en poco espacio, con altas cantidades de antibióticos, esto hace que sean los sitios más propicios para que aparezcan las bacterias resistentes", agregó Avilés.

Prácticas inadecuadas

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha venido advirtiendo que "el mundo está a punto de perder sus curas milagrosas", es decir, los antibióticos. Incluso, ahora se está retrocediendo en la guerra ganada contra infecciones mortales, como la tuberculosis. 

"Según la OMS, el año pasado surgieron unos 440.000 nuevos casos de tuberculosis multirresistente, y la forma ultrarresistente de la tuberculosis ha sido detectada en 69 países. Asimismo, dice la organización, el mundo cada vez cuenta con menos opciones para tratar la gonorrea y la shigelosis (una forma de disentería)", cita el medio BBC Mundo.

Médicos advierten que algunas prácticas inadecuadas están acelerando la llegada de la era post-antibiótica. Por ejemplo, la automedicación y el mal uso de los antibióticos prescritos. 

"Así como, en la industria pecuaria, los productores de ganado atiborran de antibióticos a los cerdos y a las vacas, sin necesidad, y todo eso va generando bacterias resistentes que los mismos animales excretan por el intestino; si una persona toma antibióticos de forma inapropiada, en su microbioma (conjuntos de bacterias en el cuerpo) va a matar no solo la bacteria que está provocando la supuesta infección, sino todas las otras bacterias: el antibiótico no discrimina entre bacterias malas y buenas", advirtió el doctor Ramírez.

El jefe de Infectología del Hospital México, en la misma línea, pidió a los pacientes apegarse estrictamente a las indicaciones médicas sobre el consumo de antibióticos.

"En horario, en dosis, en frecuencia, con las restricciones de alimentos... Por favor, respeten eso. Cuando un antibiótico no está siendo bien tolerado o sobra, tenga la voluntad y la consciencia de mejor regresarlos a la clínica, al Ebáis, al hospital que corresponda. Deje de conservar esos pequeños residuos, que a la larga son los que nos están haciendo estragos", concluyó Avilés.