Por Christian Montero |21 de marzo de 2024, 14:41 PM

El número de pacientes de la Fundación Manos Abiertas fallecidos tras los allanamientos del 5 de marzo pasado, incrementó a 11.

Así lo indicaron fuentes cercanas al caso a Telenoticias, luego de que el miércoles trascendiera que eran ocho los enfermos que habían muerto tras las diligencias.

El primer deceso tuvo lugar el 8 de marzo en el Hospital Nacional de Niños, cuando una niña de 2 años y 8 meses, que permanecía en la sede de la organización no gubernamental en Desamparados de Alajuela, tuvo complicaciones y falleció.

La menor padecía encefalopatía crónica no progresiva, bronconeumonía a repetición y asma bronquial.

Posteriormente, se presentaron los siguientes decesos:

  • 10 de marzo - Mujer de apellidos Villalobos, de 54 años.
  • 12 de marzo - Hombre de apellidos Rojas, de 32 años.
  • 14 de marzo - Hombre de apellidos Ramírez, de 27 años.
  • 14 de marzo - Hombre de apellidos, Chacón, de 27 años.
  • 15 de marzo - Hombre de apellidos González, de 32 años.
  • 17 de marzo - Hombre de apellidos Morales, de 46 años.
  • 18 de marzo - Hombre de apellidos Romero, de 37 años.
  • 18 de marzo - Hombre de apellidos Campos, de 24 años.
  • 18 de marzo - Mujer de apellidos Espinoza, de 20 años.
  • 20 de marzo - Mujer de apellidos Cruz, de 54 años.

Valga recordar que todos ellos tenían distintos padecimientos o discapacidades, por los que prácticamente recibían un tratamiento paliativo, según indicó en su oportunidad el director general del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), Rándall Zúñiga.

Tras las diligencias, el Patronato Nacional de la Infancia (PANI) y el Consejo Nacional de las Personas con Discapacidad (Conapdis) son los encargados de velar por los pacientes.

La directora ejecutiva de la última de las instituciones, Bilbia González, recalcó que el abordaje dado consiste en la coordinación con la Gerencia Médica. En esa línea, recordó que todos los adultos atendidos fueron reubicados en 11 alternativas residenciales, donde se les brindan medicamentos y comida.

Por su parte, el representante de la Junta Directiva de Manos Abiertas, Édgar Rodríguez, aseveró que lo normal era que entre dos y cinco enfermos murieran por año, mientras estaban bajo supervisión de la fundación.

"Es una situación inherente al cuido que están recibiendo, que no es al que están acostumbrados", aseveró.

Incluso, mencionó que en todo el estado de emergencia nacional por el COVID-19, solo registraron un deceso asociado, a pesar de que la organización se preparó para una "hecatombe".

Por su parte, la Policía Judicial indicó que hasta la fecha no se ha tramitado ningún caso relacionado con estos fallecimientos, pues los mismos se consideran asociados a sus enfermedades.

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