Por Natalia Jiménez Segura |25 de diciembre de 2021, 8:00 AM

Dinieth Villalobos Leitón, vecina de Monteverde de Puntarenas, tenía un sueño que al principio parecía imposible: estudiar periodismo. El camino se puso más cuesta arriba cuando le redujeron la jornada laboral a un 25% en la tienda de souvenirs donde trabajaba.

Entre angustia y un poco de desesperación, surgió la idea de cultivar culantro en un pequeño espacio de su casa. En un abrir y cerrar de ojos las personas del vecindario, empresarios de la zona y hoteleros, la empezaron a contactar para comprarle.

Su emprendimiento creció y ahora tiene hasta siete productos diferentes y siembra en el terreno más grande de su familia. Más importante todavía es que, gracias a eso, logró dar el primer paso para cumplir su sueño de convertirse en profesional: Villalobos está a punto de iniciar su segundo año de carrera.

Teletica.com conversó con esta joven de 23 años, para conocer más sobre su historia de lucha y sacrificio.

¿Cómo nació el proyecto? 

Este emprendimiento nació hace unos 2 años, cuando empezó la pandemia, debido a que yo trabajaba en una tienda de souvenirs acá en la zona y mi jornada laboral se vio muy reducida, solo me dejaron un 25%. Tenía deseos de estudiar periodismo y de superarme, pero mis ingresos eran muy pocos. Entonces me dije, "puedo empezar a sembrar". Mis papás hace muchos años se dedicaban a la agricultura, sin embargo, debido a distintas circunstancias, no tuvieron un buen mercado, y tuvieron que dejar de producir.

En ese momento pensé que las personas ahora piensan mucho en la comida, y empecé a sembrar para ayudarme un poco a pagar mis estudios. Fue así como empecé acá a la par de mi casa, ya que pasaba muchos días sin hacer nada, porque no se podía salir, entonces empecé, junto con mi hermana, a limpiar el terreno que estaba a la par.

Poco a poco empecé a producir culantro y estaba muy sano, muy rico, entonces empecé venderlos a 1.000 y 500 colones y me empezó a ir muy bien. Las mismas personas fueron pidiéndonos que si podíamos sembrar otros productos y se fueron abriendo puertas; los mismos empresarios de la zona y hoteleros nos han empezado a comprar los productos.

¿En qué momento tomó la decisión de empezar a estudiar?

En ese año me estaba preparando entonces empecé a buscar universidades, pero había que pagar mucho dinero de matrícula y yo no tenía nada. Recuerdo que llamé a una y pregunté que con cuánto dinero me podía matricular, y me dijeron que si tenía 20 mil colones me podía matricular con eso. Me quedé super sorprendida, ni los tenía, pero los conseguí.

En enero, cuando empezaban las clases, también empezaban las cosechas de culantro y me puse a vender y a trabajar y así pude reunir el dinero para ir pagando la universidad.

¿Por qué este trabajo y no algún trabajo "más tradicional"?

Yo escogí la agricultura porque informándome un poco me di cuenta de que no hay generaciones de agricultores jóvenes, a muchos no les importa el campo o no les apasiona. A mí me gusta y por ahí yo decidí sembrar, aunque sea muy difícil.

Ha sido complicado eso sí, hemos tenido muchas pérdidas y un montón de situaciones que la gente no se da cuenta. Las personas a veces piensan que sembrar es que usted va y planta la mata de lechuga, se espera y listo, pero no. 

Hay un montón de trabajo, usted tiene que estar pendiente, regando, abonando, cuidando de si hay alguna plaga, por ejemplo. Entonces, a pesar de que me toca esforzarme un poco más, el sector de la agricultura ha estado muy abandonado y vi la oportunidad para aprender más, inclusive informar a la gente.

También pensé en que tener contacto con la tierra, como mi papá me lo ha enseñado, es tener contacto con Dios porque Él es el creador de todo.

¿Cuáles productos tienen?

Hace poco tuvimos una pérdida muy grande y eso completamente desordena todo el rol. Tenemos seis meses de no poder producir culantro por las plagas, por el clima, porque no tenemos invernaderos, entonces es más difícil.

Sin embargo, tenemos lechugas, perejil, uchuvas, espinaca y tomillo.

¿Cómo se diferencian sus productos de los que las personas compran en el supermercado?

Nuestros productos se diferencian porque están producidos localmente, porque lo hacemos de una manera sostenible, porque damos salud a las personas, porque lo hacemos con mucho amor y porque este emprendimiento ayuda a pagar mis estudios.

¿Para usted que significa poder decir que está cumpliendo el sueño de estudiar, y por sus propios medios? 

Es muy gratificante, ha habido momentos muy duros en los que me he preguntado si todo este esfuerzo vale la pena. Y a veces hay mucha incertidumbre y dudas, pero me da alegría saber que lo estoy haciendo yo con mi propio esfuerzo, con mis ganas y con la ayuda de mis papás.

Da esa satisfacción y tranquilidad de que el día de mañana nadie le va a reclamar a uno, yo creo que ganarse las cosas lo hace a uno valorar y darse cuenta de que a veces sí puede costar un poco, pero que, el día de mañana, la recompensa llegará.

¿Qué ha sido lo más difícil y lo más bonito?

Lo más difícil han sido las pérdidas, estar bajo la lluvia o mucho sol, cuando llega una plaga y se apodera de todo, o algún hongo o así. Eso es lo más difícil porque todo su esfuerzo puede ser que, de un pronto a otro, hasta ahí llegó.

También es duro cuando las personas llegan a comprar y dicen: "Ay, qué caro", o "allá en el otro lugar está más barato", y uno solo piensa en que ojalá esa persona supiera todo lo que se pasa para llegar hasta ese punto.

Lo más gratificante han sido muchas cosas, el tener contacto con las personas, cuando compran y nos felicitan por los productos, que les gusta el sabor. También cuando uno prueba sus propios productos y come rico, y se da cuenta de que el amor da un resultado.

¿En qué punto está el emprendimiento?

Empezamos con un espacio muy pequeño y después de ahí nos tuvimos que expandir, gracias a Dios la finca es de mi abuela y de mis tíos, entonces ellos nos prestan los terrenos, y nosotros ponemos la mano de obra, pero si hemos tenido que buscar más espacio.

Gracias a Dios nos están apoyando los mismos empresarios de la zona y la gente que compra acá y gracias a ellos podemos crecer. Además, ahora vamos a la feria del agricultor.

¿Qué le diría a esas personas que tienen las mismas ganas que usted de cumplir un sueño, pero aún no lo han hecho?

Les diría que crean en ellos mismos porque si usted cree en usted mismo, puede lograr lo que sea. El creer en algo y ponerlo en acción, vender empanadas, vender ropa, o lo que sea que usted pueda hacer de una manera honrada, del resto Dios se encarga. Que si está ese sueño, que luche y que se esfuerce.

No es fácil, yo he llorado, me he decepcionado, pero hay algo más que lo empuja a uno. La idea es tomar más fuerza con las dificultades y continuar.

Si usted desea contarla puede hacerlo al 8528-6356 o al Instagram Hortalizas Dini.

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