Por Bárbara Marín |8 de noviembre de 2020, 8:00 AM

Hace 10 años, tras 72 horas de continuos aguaceros, un gran deslizamiento en barrio Lajas en San Antonio de Escazú arrasó con todo a su paso y dejó dramáticas consecuencias: 24 personas muertas, entre adultos y niños.

Durante el impacto indirecto del huracán Tomas, aquella noche del 3 de noviembre del año 2010, se produjo un desprendimiento de materiales, y a su vez, un represamiento que no soportó la fuerza de agua, lo que dio lugar a una avalancha.

El tiempo ha pasado, pero el trágico evento aún se conserva en la memoria de muchos costarricenses, principalmente en los vecinos de Escazú. 

Teletica.com conversó con Arnoldo Barahona, alcalde de la Municipalidad de Escazú, quien afirma que la situación marcó un antes y un después en la forma de hacer gestión del riesgo, porque el peligro en la zona es latente.

No es fácil borrar de la memoria aquel trágico suceso de noviembre del año 2010...

Claro que fueron momentos muy difíciles y muy impactantes, no solo para los familiares de los fallecidos esa noche, sino también para toda la comunidad escazuceña. Creemos que para el país también fue un hecho muy doloroso. 

Cada 3 de noviembre o cada llegada del invierno, cuando hay eventos atmosféricos como el que se ha presentado últimamente, esos recuerdos siempre vuelven a nuestra memoria y nos hace reflexionar sobre cómo hemos y debemos evolucionar en todo lo que tiene que ver con gestión y atención del riesgo en cada una de las comunidades.

¿Lecciones aprendidas?

Cerca de 3 meses después de la tragedia, lo primero que hice fue disponer de una plaza de asistente que existía en ese momento y contratamos a una persona experta en manejo y gestión de riesgos e instauramos la primera oficina municipal, que, en aquel momento se generó a raíz del aprendizaje que habíamos tenido por motivo de la tragedia.

A partir de ahí comenzamos a estructurar planes de capacitación, enseñamos a las comunidades a cómo desarrollar y elaborar sus propios planes de atención de emergencia, sus propios planes de evacuación, sus propias búsquedas de zonas seguras y determinación de posibles albergues.

Calle Lajas marcó un antes y un después en la forma de gestionar el riesgo y con los estudios que fuimos contratando gradualmente, se determinó que Escazú es realmente un cantón con bastantes amenazas naturales. 

¿Prevalece el peligro?

Totalmente seguro de que prevalece el peligro. El peligro es latente, es constante, no solo en Calle Lajas, en todos los deslizamientos activos que tenemos. 

Uno de los mejores ejemplos es Calle Lajas, por eso, la comunidad y los funcionarios municipales nos alternamos semanalmente para ir hacer recorridos a lo largo de la quebrada y verificar constantemente de que la quebrada se mantiene limpia de posibles obstáculos.

Desde el año 2009 en que la Secretaría Técnica Nacional Ambiental (SETENA) aprobó los mapas de riesgo de cada cantón, se giró la orden, de carácter obligatorio, de tomar medidas necesarias que eviten tragedias, por ejemplo, el desalojo de la población en zonas de riesgo, ¿qué se ha hecho al respecto?

Una cosa es tener incorporados esos índices y otra cosa es el trabajo interinstitucional que debe de realizarse por medio de todas las instituciones que están involucradas en estos temas. 

Cuando usted menciona que, si hay que sacar a la gente de las zonas de riesgo, yo siempre he remitido a la Comisión Nacional de Emergencias, puesto que, en algún momento, se emitió una resolución vinculante para ordenar, supuestamente, a los alcaldes a sacar a toda la gente que estuviera en las zonas de riesgo. 

Ante esa situación yo pedí una aclaración a la Comisión Nacional de Emergencias, amparado en una resolución de la Sala Constitucional, en donde indica que los responsables en esta materia son, en primer orden de la cadena de responsabilidades: el Ministerio de Salud, siguiendo las órdenes sanitarias de desalojo, posteriormente interviene el Ministerio de Seguridad Pública, a través de la Comisión de Desalojos, conjuntamente con el IMAS, dando las soluciones de vivienda o las soluciones sociales a las familias que sean desalojadas y finalmente interviene la municipalidad con demolición y aseguramiento de las zonas desalojadas, este es el ordenamiento de la Sala Constitucional.

El geólogo Allan Astorga mantiene una denuncia ante la Fiscalía de Probidad contra usted y 30 alcaldes más de la Gran Área Metropolitana por ignorar las condiciones de alto riesgo de muchos vecinos...

Yo sinceramente no sé cuáles son las motivaciones que tiene Allan Astorga para haber implantado esas denuncias (...)Yo pensaría que eso debe ser analizado con mucha lupa (...)

¿Cómo luce hoy Calle Lajas?

Calle Lajas es una zona recuperada por la vegetación, recordemos que el deslave que produjo la devastadora catástrofe de ese 3 de noviembre depositó cerca de 61 metros cúbicos de material, generando explanadas de piedra, lodo y árboles, pero eso, poco a poco la naturaleza lo ha ido recuperando, lo ha ido cubriendo. Ya hay una regeneración vegetal que nos hacen olvidar un poco esa huella que dejó ese deslizamiento y esa avalancha.

¿Recomendaciones para la población de Escazú?

Principalmente, recordar que hace 10 años para atrás las inundaciones en las comunidades en el cantón de Escazú eran recurrentes con tormenta y sin tormenta, con las simples lluvias había muchas comunidades que se inundaban; desde mi llegada a la alcaldía tenemos 10 años de estar desarrollando programas estructurales de construcción de alcantarillados pluviales, se han reconstruido y ampliado las capacidades hidráulicas de la mayoría de los puentes, hemos construido muros de contención, hemos hechos estudios geotécnicos para la paralización de los movimientos de masas. 

Hoy en día, el tema de las inundaciones de viviendas y de comunidades en el cantón de Escazú es cero, eso significa que sí hay formas de mitigar el impacto del cambio climático, pero la mayor responsabilidad de las mitigaciones está en los seres humanos, en no tirar la basura a los ríos, en no tirar la basura a los alcantarillados, no hacer movimientos de tierra sin los debidos estudios técnicos, de no construir en sitios de riesgo, de generar programas de reforestación conjuntos.

 Todos estos temas de mitigación del cambio climático está en nosotros, en los seres humanos, en cada ciudadano, en cada costarricense, en cada escazuceño.