William Sánchez, un fiel aficionado en silla de ruedas que acude con mucha frecuencia a los estadios, pasó un trago amargo el pasado domingo junto a su familia, durante la final del Mundial Sub-20 Femenino.

Según denunciaron en redes sociales, a “Willy”, como llaman de cariño, no pudo ingresar hasta la zona este del Estadio Nacional, pues no había acceso para las personas con discapacidad a este sector.

Esto provocó que fuera reubicado en el segundo piso del estadio, pero al solicitar el traslado por ascensor, se les dijo que no podía utilizarlo, pues no estaba en funcionamiento.

Al final, al joven lo reubicaron, pero únicamente dejaron a una persona para que lo acompañara.

“No sabemos si el ascensor estaba malo o que no lo pusieron a funcionar para que lo utilice todo el mundo. Lo que encontraron muy fácil fue que lo colocaron en una zona entre ambos pisos y que él tenía que quedarse ahí solo con un acompañante o que si quería estar con nosotros, que teníamos que subirlo alzado todas las gradas de las butacas a él y a la silla de ruedas”, mencionó su mamá, Cristina Vargas, a Teletica.com.

Ella relató que la familia compró 10 entradas y que para la inauguración no tuvieron problema alguno, pero para la final no encontraron entradas y tuvieron que buscar en otro sector.

Consultado al respecto, Víctor Umaña, miembro del Comité Organizador, explicó que todas las peticiones de personas con alguna discapacidad fueron procesadas y reubicados en otras zonas e, incluso, recibieron ayuda en su traslado; sin embargo, en este caso no recibieron información alguna acerca de esa posibilidad.

“La plataforma de compra de entradas indicaba al usuario que en caso de requerir asistencia o espacio para sillas de ruedas, debía informarlo mediante la dirección electrónica [email protected]. El 100% de las solicitudes realizadas por esta vía fueron procesadas (…) Para este caso en concreto, no se registra ninguna solicitud a nombre de la persona que plantea la queja ni queda claro en qué zona decidió comprar las entradas para el grupo”, mencionó Umaña mediante un texto.

Sobre el uso del elevador, Umaña recalcó que su existencia no implica que este brinde acceso a todos los bloques de asientos.

“Si bien los espacios para sillas de ruedas permanecen reservados, por cualquier eventualidad, las posibilidades reales de reubicar a todo un grupo para que permanezca en una sola fila de asientos es muy reducida o inexistente en partidos con ocupación completa, si no se ha coordinado de antemano”, añadió.

Por su parte, según doña Cristina, al adquirir las entradas nunca se les indicó cómo realizar esta petición especial e incluso tenían copias de los correos de respuesta a la compra y en ningún momento se señaló algo similar.

“Nosotros fuimos el día de la inauguración en la mañana para hablar que ya teníamos el campo, pero para ver si era posible ver si nos dejaban entrar al parqueo especial y una pareja de guardas nos dijeron que no podían hacer nada. Una persona de la FIFA de nombre Bryan nos dijo de muy mala forma que no era posible”, añadió la mamá del aficionado.

Además, aseguró que en otros partidos no habían tenido problemas en usar el ascensor o bien en utilizar la rampa de acceso al estadio.

También se le consultó al gerente del Estadio Nacional, Ricardo Chacón, quien recalcó que FIFA fue muy claro a la hora de comprar los boletos de personas con necesidades especiales.

“El Estadio tiene espacios para personas con capacidades especiales, tiene parqueo y rampas para trasladarse a donde está su localidad. En coordinación con la FIFA, en su página tenían un apartado para personas con discapacidad”, explicó Chacón.

La familia de “Willy” asegura que, de momento, no han recibido comunicación alguna de parte de los involucrados.

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