Por AFP Agencia |25 de octubre de 2020, 13:16 PM

Poseedor del récord -entre otros- de victorias en Grandes Premios de Fórmula 1, diseñador de ropa, defensor de la ecología y de la lucha contra el racismo, quizá cantante en el futuro: Lewis Hamilton se hace notar en el 'paddock' por su eclecticismo y su activismo.

El piloto británico de 35 años, que desde 2017 ostenta el récord de 'pole positions' (97) por delante de Michael Schumacher, destronó esta temporada al alemán en número de podios (161) y de victorias (92).

Y parece que va en marcha, también, de igualar en 2020 su récord de siete títulos mundiales y hacer "que el nombre de Hamilton pase un poco más a la historia" pese a sus modestos orígenes, su color de piel y las convenciones del 'paddock'.

Más allá de las cifras, para el ex mandamás de la F1, Bernie Ecclestone, el piloto de Mercedes y el 'Barón Rojo' no están hechos de la misma pasta.

"Si ustedes no supieran que Lewis es piloto, no lo adivinarían nunca. Mientras que viendo a Nelson (Piquet) o 'Schumi' se dicen: son pilotos", señaló Ecclestone a la AFP.

Calificado a menudo de estrella del pop, con sus llamativas joyas y sus numerosos tatuajes, Hamilton se dio a conocer al principio por su estilo de vida 'jet-set', antes de ganar en sustancia.

Racismo.

El nacido en Stevenage, una ciudad dormitorio al norte de Londres, adquirió un aura que le ha valido ser, de largo, el piloto más popular en las redes sociales.

Es posible que sus anteriores empleadores y medios de comunicación temieran que sus amistades con el mundo de la moda (firma colecciones para la marca Hilfiger) y de la música (participó en una canción de la cantante Christina Aguilera) lo perjudicaran. Pero el interesado, como su jefe en Mercedes, Toto Wolff, lo ven como una de las claves de su éxito deportivo.

"Mantener mi creatividad me estimula", aseguraba Hamilton a la AFP en 2018. "En mi tiempo libre intento explorar porque, mientras aprendes, estimulas tu mente".

Primer piloto negro de la historia de la categoría reina del automovilismo (su padre nació de padres originarios del país caribeño Granada, su madre es blanca, se divorciaron cuando Lewis tenía 2 años), Hamilton ha mencionado habitualmente del racismo al que se ha enfrentado.

Tras la muerte del afroamericano George Floyd a manos de la policía estadounidense en mayo, este tema se ha convertido en una de sus batallas. Aún a riesgo de molestar con su insistencia, el piloto presionó a la F1 para organizar una ceremonia antes de la salida de los Grandes Premios y lanzó una comisión en Reino Unido para fomentar la diversidad en un deporte mayoritariamente blanco y masculino.

Antes, se había posicionado como defensor de la causa animal y del medio ambiente, renunciando a su avión privado de color rubí y haciéndose vegano.

Música.

En cuanto a su vida privada, tras una relación muy mediática con la cantante Nicole Scherzinger, Hamilton, ferviente católico como su ídolo Ayrton Senna, se muestra ahora discreto y aparece más a menudo al lado de su bulldog francés Roscoe que de potenciales compañeras.

Fue su padre quien inició al piloto, nacido el 7 de enero de 1985, en el karting y financió su joven carrera acumulando varios empleos. Tras una disputa a principios de los años 2010, cuando Lewis no quiso que siguiera como su mánager, el padre vuelve a estar presente en los circuitos, al lado de su otro hijo Nicolas, también piloto y afectado de una discapacidad motriz cerebral.

Detectado en la adolescencia y apoyado por McLaren, el inglés debutó en la F1 en 2007 y conquistó su primer título mundial en 2008, a los 23 años, con la escudería británica.

Pero fue en 2014 cuando entró en otra dimensión al volante de Mercedes, gran dominadora en ese momento de los motores híbridos. En este período, el británico solo dejó que se le escapara un título (el de 2016, que ganó su compañero Nico Rosberg) y, en 133 carreras, ganó más de la mitad (69).

Aunque todavía no ha firmado una extensión de su contrato con las Flechas de Plata para 2021 y después, Hamilton insiste en el hecho de que está cómodo en esta "familia" y no tiene intención de abandonar el Gran Circo.

Y eso no debería impedirle ir a otra parte para ver si el césped también es verde: el inglés terminó por admitir que es su voz la que se escucha desde 2018 en la canción "Pipe" de Christina Aguilera y contempla lanzar algún día algunas composiciones originales.