Por Mariana Valladares 15 de octubre de 2025, 14:45 PM

El carismático periodista y presentador costarricense, Edgar Silva, es uno de los rostros más queridos de la televisión nacional. A lo largo de casi dos décadas, ha acompañado al público en programas como Bailando por un sueño, Dancing With The Stars, Nace una Estrella y, actualmente, Mira quién baila (MQB).

En conversación con Teletica.com, Silva repasó sus inicios, su conexión con la audiencia, su negativa a participar como concursante y el gozo que le genera cada transmisión en vivo.

De periodista a figura de formatos de entretenimiento

Silva comenzó su carrera en Teletica con el sueño de ser reportero. “Yo estudié Periodismo y me imaginé contando historias periodísticas”, recuerda. Sin embargo, su camino tomó un giro inesperado cuando sus compañeros notaron su carisma frente a las cámaras.

“La posibilidad surgió en el camino. Cuando los compañeros del canal identificaron en mí habilidades para acompañarles en las transmisiones de toros —que fue lo primero que hice fuera de noticias—, luego vinieron el Carnaval Nacional y el Tope Nacional”, relata.

A partir de ahí, su rostro se volvió habitual en los grandes formatos del canal. 

Todo este camino de los formatos comenzó en 2006 o 2007, cuando hicimos ‘Bailando por un sueño’. Antes ya había hecho Miss Costa Rica y otros programas. Pero, la verdad, nunca me imaginé estar donde estoy”, confiesa.

Para Silva, su carrera es el resultado de la combinación entre oportunidad y valentía: 

He aprovechado las oportunidades, he sido atrevido y valiente, porque hay que tener cierto grado de valentía para arriesgar tu recorrido en formatos que desconoces”.

“Si no disfruto un trabajo, no lo hago”

Con su energía característica, Silva asegura que su alegría frente a las cámaras no es una actuación. 

Honestamente, disfruto mi trabajo. Si escojo hacer algo, lo disfruto, me gusta”, dice con firmeza.

Parte de esa pasión proviene del entorno que lo rodea: 

Estoy en un ambiente donde me siento acuerpado. Desde Vivi, la productora, hasta Juan, el jefe de piso, todos me apoyan. Cuando vos te sentís acompañado, disfrutás de tu trabajo”.

Además, confiesa que su equilibrio emocional fuera de cámaras es clave.

​“Soy feliz con mi esposa, con mi mamá, con mis amigos. Tengo preocupaciones, pero no las dimensiono como tragedias. Disfruto de una vida emocional muy tranquila”.

El cariño del público, un regalo que agradece

A lo largo de los años, Silva ha acumulado un público fiel que lo admira y lo sigue. 

El cariño no se regala: se decide. La gente elige a quién dárselo”, reflexiona.

Yo me siento privilegiado de que tanta gente en este país me regale su afecto y admiración. Desde mi posición trato de honrar ese cariño con honestidad, transparencia y respeto”, agrega.

Silva reconoce también el respaldo de Teletica: 

Le agradezco mucho al canal que siga confiando en mí para este tipo de formatos. Hay muchos muchachos y muchachas talentosas, así que esa confianza la valoro muchísimo”.

¿Participaría en la competencia como bailarín? 

Aunque su nombre está ligado a los programas de baile más exitosos del país, el presentador tiene clara su posición cuando se le pregunta si alguna vez aceptaría participar como concursante.

Me llamaron varias veces para ‘Dancing With The Stars’, pero siempre dije que no. Es un formato que exige mucho, física y mentalmente, y me resulta tremendamente desgastante”, admite.

Silva respeta profundamente el esfuerzo de los participantes: “La vez que bailé en ‘Bailando por un sueño’ como parte de una gala, terminé agotado. La gente a veces no dimensiona el sacrificio que eso implica”.

Entre risas, deja claro que lo más que se le verá haciendo es improvisar entre pausas: 

Definitivamente, no voy a participar, solo me verán bailando en los cortes comerciales, que es lo que más disfruto”.

Entre el ritmo y la emoción: su papel como presentador

Silva define su trabajo en MQB como un equilibrio entre técnica y sensibilidad. “En términos de producción, soy responsable de que el programa tenga ritmo, que no se haga aburrido. Y en términos de desempeño, debo ser muy sensible a las emociones que surgen durante el programa”, explica.

​“Mi trabajo es darle humanidad a una estructura que, si se deja sola, puede ser muy mecánica: presentación, baile, comercial. Yo trato de aportar sensibilidad, cercanía y diversión”, detalla.

Esa capacidad de leer las emociones en vivo es, para él, una de las claves del éxito de estos formatos: “Los jueces lloran, los participantes se emocionan o se frustran, y yo debo captar esos momentos y hacerlos evidentes. Eso humaniza el programa”.

Con más de 20 años de trayectoria, Silva ve su paso por programas como El Chinamo —que presentó durante seis años desde el 2000— como parte de la misma escuela televisiva.

Son programas que acompañan y entretienen. Lo más bonito es saber que, después de tantos años, las familias aún se sientan juntas a verlos, a comentarlos, a pasar el rato”, dice con orgullo.

Para él, esa conexión con el público es la mayor recompensa: 

El programa se convierte en compañía para las personas que están en su casa, compartiendo en familia. Esa es la mayor anécdota y el mayor privilegio”.

Silva resume su trayectoria en una palabra: gozoA mí me gusta. Disfruto hacerlo. Es un privilegio tener la información que la gente espera y ser el encargado de revelarla”, afirma.

Y, fiel a su estilo, concluye con una reflexión sobre la esencia de su trabajo:

Si me ves bailando, es porque estoy contento. Creo que cuando uno disfruta, transmite. La comunicación no es solo razón; también es emoción, y eso es lo que me permite explorar este tipo de programas”, terminó. 

MQB Teletica