13 de marzo de 2019, 12:30 PM

En una esquina de Flores existe una talabartería que tiene 60 años.

Es de la familia Aguilera, la comenzó el abuelo y ha pasado de generación en generación.

En esta ocasión hacemos un reconocimiento a Cristopher, un joven de 26 años quien fue criado entre cueros y pegamento y él siguió los pasos de su padre.

El mercado ahora ha cambiado, ya no sólo hacen botas y monturas, hasta estuches de celulares confeccionan.

La esperanza de Christopher es que un día, sus hijos también sigan esta tradición.