Un emprendedor que deja huella en el calzado femenino costarricense
La historia de Daniel del Barco es un testimonio de perseverancia, evolución y pasión.
La historia de Daniel del Barco es un testimonio de perseverancia, evolución y pasión por el calzado femenino. Desde 1982, cuando comenzó a vender zapatos en las calles de San José, hasta convertirse en pionero de la industria en Costa Rica, su trayectoria ha sido un reflejo de trabajo arduo y visión empresarial (ver nota completa en el video adjunto).
Todo empezó en Cristo Rey, donde compraba calzado para revender en San José centro. Un año después, en 1983, estableció su primer taller en San Sebastián, marcando el inicio de su propio camino en la fabricación. Para 1987, el negocio creció y alquiló una bodega en San Francisco de Dos Ríos, aumentando su producción hasta 150 pares de zapatos por semana.
De la calle a la innovación
En 1990, Daniel decidió darle identidad a su producto y evolucionar su marca, un paso crucial que lo llevó a consolidarse en el mercado nacional. Luego, en 2008, tras 25 años de esfuerzo, fundó una de las tres primeras plantas tecnológicas de calzado femenino en Centroamérica, ubicada en la zona industrial de Pavas.
Su trabajo no solo benefició a su empresa, sino que también impulsó el sector. En 2006, asumió la presidencia del Costa Rica Fashion Port, un proyecto de Procomer, destinado a fomentar la exportación de productos costarricenses. En 2010, recibió el Premio del Esfuerzo Exportador en el Sector PYMES, un reconocimiento a su impacto en la industria.
Hoy, en 2025, su historia demuestra que la clave del éxito no es solo la innovación, sino también la capacidad de adaptarse y resistir los momentos difíciles.