27 de agosto de 2018, 12:33 PM

Abraham Valverde siempre anda con una sonrisa en su rostro, recorriendo las calles de Matina, esas que han sido en silencio las mejores testigos de una vida llena de esfuerzo y perseverancia.

Él es una persona ciega desde nacimiento, pero nada le quita la ilusión. Incluso hoy a sus 65 años tiene el ímpetu y la energía que más de un joven desearía.

Trabaja alistando coco rayado para la venta, así como la recolección de aluminio y materiales reciclables.