29 de agosto de 2018, 12:30 PM

Con 76 años y un desgaste en la cadera doña Irma sale todos los días a vender yuplones y mangos en los alrededores de la escuela de Matina centro. 

El mejor ingrediente en sus bolsitas siempre es la sonrisa con la que atiende a los pequeños del pueblo, así como las carcajadas que reparte entre los adultos.

Ella representa el sabor del caribe y la alegría de los afrocaribeños.