Con 90 años, es el guardián de la marimba costarricense
Beltrán Mena es un hombre que lleva la música en las venas.
Beltrán Mena es un hombre que lleva la música en las venas. A sus 90 años, continúa tocando la marimba con la misma pasión y entrega con la que comenzó hace 78 años, cuando era apenas un niño en Esparza, Puntarenas.
Don Beltrán, como es cariñosamente conocido, es un marimbista excepcional y un orgullo para Costa Rica, quien ha dedicado su vida a preservar y transmitir el amor por este emblemático instrumento.
Una vida dedicada a la marimba
La historia de Beltrán con la marimba comenzó en su juventud, influenciado por sus hermanos mayores, quienes ya tocaban el instrumento. Su padre, un talentoso fabricante de marimbas, transmitió a sus hijos el amor por la música y por este instrumento tan arraigado en la cultura costarricense. Beltrán no solo aprendió a tocar, sino que también absorbió el profundo significado cultural que la marimba tiene en su país.
A pesar de haber nacido en Esparza, Puntarenas, Beltrán se mudó a Desamparados, San José, donde actualmente reside. Aquí, además de continuar con su arte, ha dedicado gran parte de su vida a enseñar música como profesor, compartiendo su vasto conocimiento y pasión con nuevas generaciones. Su enseñanza va más allá de las notas y ritmos; inculca en sus alumnos el respeto por la tradición y la importancia de preservar las raíces culturales.
Preservando la tradición
Mena es más que un músico; es un guardián de la tradición costarricense. A través de su dedicación y amor por la marimba, ha ayudado a mantener vivo un legado cultural que es parte fundamental de la identidad de Costa Rica. Es un hombre que ha dedicado su vida a un instrumento que, como él dice, “habla el lenguaje del corazón”.
Al final de una reciente presentación, cuando se pensaba que todo había terminado, Don Beltrán sorprendió a todos al regalar otra canción más para despedirse. Con una sonrisa en el rostro y sus manos hábiles sobre las teclas de madera, demostró una vez más que la música es su vida y que, mientras pueda, seguirá compartiéndola con el mundo.