Por José Fernando Araya |3 de julio de 2019, 6:19 AM

El pasado 22 de junio Alajuelense vivió una gran fiesta como parte del inicio de su centenario y por una espléndida tarima iluminada como nunca, desfilaron alrededor de 200 exjugadores manudos.

Muchos de esos fueron exfiguras de mucho peso para la historia del club, muchos ídolos de la afición con los que grandes y jóvenes soñaban en llegar a ser.

“Si no regresaba al país no era a otro club que no fuera Alajuelense”. Así de claro fue Jonathan McDonald en su retorno a la Liga tras un semestre sin éxito en el fútbol de Catar.

Pero más allá de asegurarse goles y asistencias, con la llegada de Mac, la Liga vuelve a recuperar algo que cada vez más parece costarle encontrar, íconos en su planilla.

Aquellos tiempos de abundancia de íconos como lo fueron Mauricio Montero, Josef Miso, Pablo Izaguirre, Wilmer López, Cristian Oviedo o Pablo Gabas parece que quedaron atrás para los manudos justo en el momento cuando más lo necesita: en plena crisis de títulos y en medio de la celebración de su centenario que se alargará hasta el 2020.

Desde que McDonald se marchó al fútbol asiático, la Liga quedó con Patrick Pemberton como último gran bastión rojinegro.

No obstante, y en uno de los movimientos del mercado de más renombre, el guardameta Pemberton decidió cambiar de aires tras más de 15 años en el cuadro erizo y se marchó al campeón nacional San Carlos.

Aquello fue todo un golpe para el fiel seguidor rojinegro, más allá de si el portero tenía o no el nivel de antaño.

Esto dejó muy escaso de líderes a los manudos que quedaron solo con Allen Guevara y Kenner Gutiérrez (ambos de 30 años) como los candidatos a tomar esa batuta.

Tal vez, y entrando en un mayor debate, podrían llegar a revalidarles este título, jugadores como Christopher Meneses o José Andrés Salvatierra, por su fidelidad al equipo y las temporadas que llevan en el club, pero difícilmente alcance la simpatía con los aficionados como lo hicieron el Chunche o el Pato López.

De ahí que el Mac fue la movida más inteligente para contar con una leyenda del liguismo.

“Nadie es imprescindible en el fútbol, a Patrick le deseo lo mejor en San Carlos”, afirmó tajantemente el ariete este martes en su presentación.

De transferible dos veces a ídolo.

El camino de ícono rojinegro no ha sido nada fácil para el delantero de 31 años, incluso, no se trata de un jugador 100% fiel a la causa manuda.

McDonald comenzó su rumbo en el fútbol nacional con las divisiones menores de Carmelita y de ahí saltó al Alto Rendimiento del Herediano, club con el que debutaría en Primera División en el 2006.

De ahí fichó por Alajuelense y solo en su primer año en el 2011 logró marcar 29 goles en dos torneos lo que le abrió las puertas al Vancouver Whitecaps de la MLS donde estuvo un año para retornar al seno rojinegro en seis meses.

Luego de su paso por dos años en el Kalmar de Suecia, el atacante retornaba en el 2014 al cuadro erizo para tomar definitivamente esa batuta de líder, pero de paso dejar una estela de polémicas alrededor.

Sus constantes expulsiones en momentos claves (como la final de Verano 2014 en el Ricardo Saprissa) fueron sus principales manchas.

El episodio más recordado lo provocó en la final del Invierno 2015 cuando lanzó uno de sus tacos o zapatillas de fútbol hacia el morado Andrés Imperiale.

Aquel episodio le costó una sanción con el equipo y él mismo aseguró sentirse “abandonado” por la junta directiva, esto según una entrevista brindada al sitio Ticodeporte.com.

Un año después, Verano 2016, fue sancionado por la directiva rojinegra tras ser expulsado en las últimas fechas del certamen ante Pérez Zeledón lo que le costó

Una de las acciones del cuadro rojinegro que no fue del gusto de McDonald, se presentó durante las semifinales del recién finalizado Torneo de Verano 2016, cuando la directiva decidió sancionarlo tras ser expulsado en las últimas fechas del certamen.

Por si fuera poco, Alajuelense lo ha declaro en dos ocasiones transferible, la primera de ellas tras el final del Verano 2014 y la segunda en el Verano 2016.

Pese a todo esto, McDonald es el segundo mejor goleador de Alajuelense con 113 anotaciones, solo detrás de Errol Daniels con 196.

Además, es el máximo anotador en clásicos nacionales con 13 goles y todos sabemos que celebrarle al máximo rival es sinónimo de ganar adeptos a la afición.

Por tercera ocasión en su carrera, el ariete regresará a Alajuelense y está vez asegura que tendrá un nuevo rol para apoyar a los más jóvenes y tal vez así formar más íconos rojinegros a futuro.