Por AFP Agencia |22 de marzo de 2017, 1:14 AM

"Nadie imaginaba que sería futbolista, ni siquiera yo", dice la costarricense Shirley Cruz, convertida en la capitana del París SG, que el jueves disputará el partido de ida de los cuartos de la Liga de Campeones, un torneo que la jugadora sueña con ganar por tercera ocasión en su carrera.

"En Costa Rica, el fútbol es más bien un medio que utilizamos para acabar nuestros estudios. Normalmente vamos a Estados Unidos y estudiamos durante cuatro años para alcanzar un nivel profesional. Nunca pensé en que recibiría un sueldo por jugar al fútbol", explica la jugadora, de 31 años.

Si se cruza uno por la calle con esta morena discreta, de 1,62 m y 46 kilos, difícilmente llegaría a imaginarse que es uno de los pilares de la sección femenina del París SG, versión catarí.

"Mirándome las piernas, se ve", bromea la centrocampista, con un punto de timidez. Y además, "tengo un corazón de deportista. Hace falta tenerlo para estar a mi nivel".

Y ese corazón pertenece a Costa Rica, su país, al que sueña con clasificar para el Mundial de 2019 que se disputará en Francia, su patria de adopción.

'Fue muy duro' 

Abandonó muy joven su país, con apenas 20 años, para jugar en el Lyon. "Fue muy duro, tenemos ese lado latino en el que la familia es muy importante", explica.

No obstante, "no me arrepiento de haber hecho esa elección. Me permitió crecer a nivel deportivo y personal. Es algo que espero poder enseñar a mis hijos o a los más jóvenes en Costa Rica. Que sepan que para poder alcanzar el éxito hay que trabajar muy duro".

Un cazatalentos 'descubrió' a Shirley Cruz en un torneo juvenil disputado en Canadá y le habló de la posibilidad de jugar en Francia. "En ese momento ni siquiera sabía que existía el fútbol profesional" femenino, recuerda.

Nacida en San José, la capital costarricense, en una familia numerosa de origen humilde, fichó por el Lyon en 2006, un club que estaba construyendo una plantilla poderosa para convertirse en una de las entidades punteras del fútbol femenino europeo que se mantiene hasta hoy.

Poco a poco fue ascendiendo escalones en el equipo lionés y ganó en dos ocasiones la Liga de Campeones, en 2011 y 2012, contribuyendo así a los primeros títulos europeos del fútbol femenino francés.

Su experiencia llevó al PSG a ficharla en el verano de 2012. El club de la capital acaba de ser adquirido por inversores cataríes, que quieren hacer de la entidad una de las grandes de Europa, tanto en categoría masculina como en femenina.

- 'Echo de menos mi país' -

Con los años, Shirley Cruz se ganó el reconocimiento como una de las estrellas del fútbol femenino y un salario que ronda los 10.000 euros mensuales.

Cierto, el equipo femenino vive en otra galaxia que el masculino, cuyo capitán, el brasileño Thiago Silva gana 1,1 millones de euros al mes (brutos, según el diario L'Equipe). Pero "que alguien nos pague por hacer lo que amamos ya está bien", se conforma Cruz.

En 2015, el PSG alcanzó la final de la Liga de Campeones, perdida contra el Fráncfort. Esta temporada, el equipo francés está en cuartos de final, donde se enfrentará el jueves, en el partido de ida en Múnich, al Bayern, por un puesto en semifinales.

¿El objetivo de Shirley Cruz? "Ganar un título en París y poder acabar mi carrera con la Copa del Mundo-2019 en Francia". Después quiere acabar sus estudios de kinesiología, un poco abandonados por el fútbol.

Y, por supuesto, regresar a su país: "Echo de menos mi país, echo de menos mi familia, mis amigos y todo eso. Creo que con la edad, una es más sensible".

En su país, Shirley Cruz es la gran estrella futbolística, junto al portero del Real Madrid Keylor Navas. "Su carrera es un modelo, puesto que viene de un barrio desfavorecido (Rincón Grande de Pavas)", subraya el diplomático Manuel Ignacio Morales, ministro consejero de la embajada costarricense en París. 

"También es un referente para las mujeres. Con motivo del 8 de marzo, Día de la Mujer, se puso en circulación un sello con su imagen", añade.