Por José Fernando Araya |27 de enero de 2022, 21:55 PM

Sufrido, aguerrido, esperado… La Selección Nacional consiguió lo que se le pedía, ganar a como diera lugar a Panamá para seguir soñando con Catar 2022.

El gol llegó como fiel reflejo al juego, con mucha insistencia y sin pedir belleza alguna, esa pelota de Bryan Ruiz la impulsamos todos y al final fue suficiente para el 1-0 que nos tiene con vida.

Todos, hasta los de menos fe, se envalentonaron con el pitazo inicial del partido y se unieron con el único objetivo de apoyar a La Sele.

De ahí que la Tricolor volvió a sentir ese ambiente eliminatorio, con un público que lo arropó, aunque el equipo sigue sin convencer.

Todavía se juega a esperar un milagro, esperando la salvada de Keylor Navas o que simplemente el rival no nos haga daño.

Y así es difícil ganar un partido, más soñar con clasificar de forma directa a un Mundial, algo que a hoy parece más que desechado. La lucha ahora es por sacar a Panamá del repechaje.

Los visitantes de repente merecieron mejor suerte. Tuvieron un arranque prometedor con un cabezazo de José Fajardo al minuto 10 que estuvo cerca de enfriar el Nacional.

Tímidamente, respondieron los nuestros con un Joel Campbell que siempre muestra ganas, pero que lastimosamente no fue suficiente para sembrar peligro.

El técnico de la Mayor, Luis Fernando Suárez, apostó por un 4-4-2 que al arranque tuvo a un sacrificado Aarón Suárez que no conectó, hasta que fue desplazado al centro del terreno de juego. Ahí se vio mejor, pero fue sustituido al medio tiempo por el capitán Bryan Ruiz.

De feria se perdió a Orlando Galo por lesión y su presencia en México aún es duda debido a un golpe en su pierna derecha.

La complementaria nos dio un panorama menos alentador.

Panamá llegó envalentonado y hasta estuvo a punto de cachetear a La Sele, que lo diga Freddy Góndola que al 51 se perdió una acción frente al arco. Inexplicable lo del panameño.

Esa acción y un contragolpe mal aprovechado de los canaleros, calentó a los nuestros que con Campbell reaccionaron, pero el portero Mejía voló y la pelota quedó en pies de Ruiz.

El capitán remató a como pudo y tras unos segundos de duda y silencio, la pelota besó las redes para el 1-0 al 65’. El Estadio Nacional fue un gritó, un desahogo que hace mucho no se escuchaba en La Sabana. 

Cerca de 18.000 almas gritaron junto al capitán, quien, sin tener mucho brillo, resolvió el partido.

Los últimos minutos fueron con el corazón en la mano. De esperar atrás y cruzar dedos, pues Panamá no se dejó morir.

Keylor volvió a agigantarse una vez más y la mala puntería de los canaleros terminó aliviando un poco el susto, incluido un palo en el último minuto. 

Al final, La Sele sigue latiendo y se mantiene con vida. Lo que viene será más duro, pero acá lo importante es que el objetivo se mantiene.  Aunque todo parezca recaer en un repechaje mundialista.

Ahora se viajará a México y Jamaica en busca de seguir puntuando y manteniendo ese hilo de esperanza que de momento es el principal arma y motor de una Sele que busca, a toda costa, aferrarse a un sueño.

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