Por Redacción Teletica Deportes |13 de junio de 2017, 13:04 PM

La Selección Nacional sacó la faena ante Trinidad y Tobago en otra noche de sufrimiento. Un triunfo por la mínima que le cumplió a la calculadora pero le falló al objetivo de despejar las dudas que siguen apareciendo en el camino hacia Rusia.

El 2-1 en el Estadio Nacional fue tan ajustado como se lee, conseguido gracias a la zurda privilegiada de Bryan Ruiz y a los guantes salvadores de Keylor Navas, figuras ambas de otro duelo de altibajos para la Tricolor.

El gol de Francisco Calvo antes de que se cumpliera el primer minuto de juego fue el aviso erróneo para una afición que se ilusionó con la apuesta más ofensiva en la era de Óscar Ramírez, una suerte de gesto de buena voluntad del Machillo para con todos los sectores que lo tildaron de defensivo y calculador, dos estigmas que de cualquier forma siempre lo han acompañado en su carrera como técnico.

Con la salida de Randall Azofeifa para abrirle un campo a Marcos Ureña en la titular, ese gol de Calvo tras un tiro de esquina de Joel Campbell parecía ser el resultado de lo obvio, de que la grada tenía razón y de que Costa Rica no tendría piedad ante el colero de la hexagonal.

Esa tesis se mantuvo intacta hasta eso de los 25 minutos, cuando el dominio holgado de los de casa se acabó casi de golpe ante el despertar trinitense, quizá más consciente de sus posibilidades o quizás aupado por la urgencia. Como sea, consiguió hacer la que La Sele la pasara mal.

El recital de intervenciones de Keylor Navas que salvó en al menos cuatro oportunidades el gol visitante engañó a la afición con la finta de la soberbia: sí, el portero de la “Duodécima” estaba demostrando su talento en el Nacional, pero al mismo tiempo recibía la metralla de un rival que en un abrir y cerrar de ojos consiguió arrinconar a la Selección.

No extrañó entonces el empate de Kevin Molino al 34’, un tanto que nació en el error de salida de Johnny Acosta y que silenció a un reducto que entendió, por las malas, que su equipo estaba sufriendo en casa ante el equipo más accesible de esta fase de la eliminatoria.

Sí, la tempranera salida de Kendall Waston por lesión tocó la línea baja, pero no alcanza para explicar la caída de un conjunto que dominó con tanta soltura esos primeros minutos y que luego estuvo cerca de sucumbir ante la presión rival.

Trinidad consiguió amarrar a Bryan Oviedo y Cristian Gamboa abajo y al poco tiempo anuló también la construcción arriba, aislando a Ruiz de los hombres en punta y obligando a recurrir al balón largo. La posesión, desde ahí y hasta el pitazo final, fue toda caribeña.

Pero antes de que llegara el descanso aparecería la zurda de Ruiz, determinante para quebrar el cerrojo trinitense y vital para cumplirle a las cuentas de la Tricolor. Fue el 2-1 definitivo en un duelo al que le quedaban largos 45 minutos.

David Guzmán, quien relevó al otra vez ausente Johan Venegas, fue el punto alto en las variantes de Ramírez, un hombre que llegó a aplicar el candado cuando más lo necesitaba La Sele.

De los demás se supo poco. Otra vez faltó el colectivo y la creación, otra vez hubo dudas arriba y otra vez se sudó de más. Si por la víspera se saca el día la Selección la tendrá difícil para lo que viene, los últimos 12 puntos para conocer si Costa Rica se gana el boleto a Rusia. 

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