La Sele recuperó algo de la sonrisa perdida en mucho tiempo
Costa Rica derrotó 3-1 a la Arabia Saudita de Mancini y dejó gratas sensaciones.
¿A dónde estaban? ¿Entonces si había material, pero no se usó bien? Esas son las primeras preguntas que a más de uno se le vienen a la cabeza tras ver la buena sensación que dejó la Selección Nacional al derrotar 3-1 a Arabia Saudita en el primero de dos amistosos por Europa de la mano del técnico interino, Claudio Vivas.
Pero más allá de volver al triunfo (cosa que nos hace muy bien, sobre todo en el tema del ranking), La Sele mostró un aire renovado, buen trabajo colectivo, con traslados atinados en el medio campo y muy buena presión en lo alto.
Cuesta creer que Vivas consiguió una mejor cohesión colectiva que todo el proceso de dos años de Luis Fernando Suárez. Pero, ojo, no hay que tirar las campanas al vuelo, ni echar flores por un partido ante un rival que no mostró nada. Aunque antes se sufría contra todos, buenos o malos por parejo.
Parte de las mejoras que mostró la Tricolor mucho radica en el mediocampo.
Las “nuevas piezas” que convocó el argentino para estos juegos se complementaron bien, con las de más experiencia.
Así, nombres como el del herediano Alejandro Bran, el norteño Sebastián Acuña o el legionario Jimmy Marín, se mostraron muy aplomados y fueron protagonistas.
A ellos se les unió la explosividad de un Joel Campbell que jugó a gusto. Suelto justo detrás de los delanteros, sin exigencias, con mucha movilidad y creación.
Táctica fija y gol.
Precisamente de un cobro de tiro libre, Campbell mandó un centro justo a la cabeza de un Francisco Calvo que ganó fácil por alto ante la mala salida del arquero para poner así el 1-0 al minuto 11.
El gol recuperó la sonrisa perdida de una Tricolor urgida de una buena presentación.
Tras una etapa oscura y raquítica de resultados, observar a los seleccionados atacando con triangulaciones y paredes, hizo que más de uno volviera a disfrutar con el equipo patrio.
Debut de Ugalde en las redes.
El segundo tanto fue una calca del primero. Tiro libre desde la derecha, solo que esta vez cobró Jimmy Marín, para que Manfred Ugalde con astucia se desmarcara y ganara por alto para el 2-0 al 32’.
Gol con dedicatoria a otro técnico que ya no está y que una vez le criticó el hecho de que no ganaba por alto una pelota, por si fuera poco, el joven del Twente defendió una pelota por lo alto en la segunda parte. Pequeño tal vez, pero por alto siempre lucha.
La Sele perdió mucho de lo que estaba haciendo en la primera mitad con el ingreso de Youstin Salas por Acuña y de Leal por un Jewison Bennette al que le costó el partido.
Ahí volvió a emerger la figura de Keylor Navas, quien una y otra vez se encargó de mantener el arco en cero, hasta que del todo no aguantó.
Arabia Saudita descontó con un doble cabezazo en el área que terminó culminando Ali Al-Bulaihi (68’) para el descuento que desdibujaba algo de la magia mostrada por la Selección.
Los últimos minutos fueron la tónica de lo visto en los últimos años. Sufriendo atrás, ya sin sumar ataque y con un Navas aferrándose al arco.
No fue hasta que llegó Randall Leal, luchó una pelota y mandó un remate cruzado para el 3-1 al 88' que liquidaba el juego.
La victoria era necesaria, pero lo mejor fue que se consiguió mostrando aspectos muy positivos como las nuevas figuras que no desentonaron, la colectividad mostrada en algunos tramos del partido, el regreso de un esperado delantero y un atinado trabajo defensivo.
La esperanza de una renovación parece tomar fuerza tras el juego de este viernes, aunque aún hay mucho trabajo por hacer y sobre todo buscar un capitán para un barco que con el rumbo adecuado podría llegar a buen puerto.