Por José Fernando Araya |2 de febrero de 2019, 10:48 AM

Costa Rica mostró dos rostros en el debut del técnico Gustavo Matosas. Una cara lavada y maquillada con sangre joven, intensidad y alegría al ataque; la otra, el rostro más acostumbrado, un equipo en apuros, con problemas físicos y acostumbrado a estar contra las cuerdas.

Así fue el debut del nuevo técnico de La Sele y que no pudo evitar el 2-0 a favor de los Estados Unidos en el laboratorio que significó este amistoso en San José, California.

La “era Matosas” comenzó con una Selección con cara lavada. El nuevo estratega solo puso a Calvo y Guzmán como únicos representantes del anterior proceso.

Los demás, fueron restos de la “mini era Rónald González” y la sangre joven escogida por él.

Así, los Marvin Loría, Ronaldo Araya, Keysher Fuller, Pablo Arboine y Rodolfo Alfaro tuvieron su oportunidad de oro para vestirla la roja de la Sele y lo hicieron bien.

Matosas tal vez apostó por estos jóvenes, pues sabe que los puede pulir y hacer a su manera, es decir, llegaron sin “mañanas” a la Tricolor, más moldeables para un nuevo proceso.

Y esta nueva cara dejó sensaciones buenas. Un fútbol más directo, de uno a dos toques, buenas coberturas en línea de cuatro, un sistema que cabe resaltar no se usaba desde hace ocho años. ¡Sí ocho años jugando igual y con una línea de tres ya desgastada!

De ahí que las constantes coberturas de Arboine con Calvo atrás y atinados fuera de juego, fueron digeridas muy bien por los defensores.

La intensidad agotó a La Sele.

En 11 días de trabajo y durante la previa del partido, hubo una palabra que todos repitieron a cada momento, la intensidad.

Matosas, un freak del fútbol de ataque, impregnó de intensidad a la joven Tricolor que agradó con un fútbol por las bandas.

La Sele apostó por un fútbol directo que la hizo tener importantes llegadas y buenas sociedades en ataque sobre todo con los jóvenes Loría y Araya.

José Guillermo Ortiz, único punta, tuvo una tarea de sacrificio y tuvo que luchar contra la defensiva estadounidenses.

No obstante, para el complemento se apagaron los ánimos y La Sele les cedió por completo la pelota a los norteamericanos.

Otra vez, la Nacional adoleció la parte física y ya en el segundo tiempo varios jugadores comenzaron a arrastrar las piernas.

Ahí aprovechó la selección de Estados Unidos para que entre Zardes, Arriola y Roldán hicieran fiesta con sus constantes llegadas.

Entre los tres, acabaron con el combustible de Waylon Francis, Fuller y hasta del mismo central Calvo.

Todo el segundo tiempo fue estadounidense, el fútbol directo de la Tricolor provocó que no se tuviera el balón.

Tras dos pelotas al palo por parte de Lima (53’) y Roldán (67’) que desnudaron a La Sele, la sentencia vendría al minuto 80.

Un centro por la izquierda dejó solo a Lletget para que pusiera de cabeza el 1-0 y prácticamente sentenciara el juego.  

Los cambios de Jonathan McDonald, Jean Scott y Alberth Villalobos nunca conectaron debido a que se apostó por el pelotazo y saltarse la línea de mediocampo.

Estados Unidos nos dio una lección de desgaste del rival y guardar energías, con la Sele con el agua al cuello, los norteamericanos nos desnudaron con una jugada de cuatro pases que terminó Arriola definiendo por encima de Esteban Alvarado al 87’ para el 2-0 final.

La Sele mostró dos caras. Un primer tiempo muy bueno, con muchos apuntes interesantes como lo fue el fútbol intenso y con sangre joven.

Pero para el segundo echó dos pasos atrás y volvió a lo que nos tenía acostumbrados, adolecido físicamente y acostumbrado a estar contra las cuerdas.

Los apuntes son muchos, pero ahora viene el momento del análisis por parte del técnico Matosas. Una derrota que marca el inicio de una nueva era para La Sele.