Por Adrián Fallas |30 de enero de 2022, 11:12 AM

En algún momento de la historia, ir al Estadio Azteca era ser el invitado para que México consiguiera tres puntos en las eliminatorias mundialistas, pero este domingo la Selección Nacional llega al Coloso de Santa Úrsula, una fortaleza que ha perdido brillo recientemente.

Claramente, jugar contra el Tri en la capital mexicana es una proposición muy complicada, los aztecas como locales solo han perdido tres veces por eliminatorias en su cancha.

Costa Rica lo hizo en el famoso Aztecazo en el 2001, con goles de Hernán Medford y Rolando Fonseca.

Once años después Estados Unidos triunfaba 0-1 y en el 2013 era el seleccionado de Honduras el que daba la campanada.

Está claro que jugar en el Azteca es una gran ventaja para los mexicanos, pero recientemente ya no se habla con la misma referencia del mítico estadio.

Esta misma semana, Héctor Herrera, uno de los referentes del combinado norteamericano, intuyó que los aficionados ya no contribuyen para que sea un ambiente temido por sus rivales en la eliminatoria. 

Situación que a su criterio sí se da cuando los aztecas visitan a otras selecciones de Concacaf.

"Siento que en México no somos así, que hagamos sentir al rival que está en México y que juega contra México. Siento que dicen que el Azteca es grande e impone, sí, impone y es muy bonito, pero el ambiente no es tan fuerte para que el rival diga ‘estoy cagado’, por así decirlo", dijo el futbolista del Atlético de Madrid.

A esto hay que sumarle que este domingo, en las graderías solo habrá 2.000 aficionados, en momentos que el fútbol azteca se trata de reponer de sanciones por cantos homofóbicos.

En el camino a Catar los mexicanos ya dejaron puntos en su estadio. En la jornada cuatro Canadá empató en el Azteca, muestra de que una vista a Calzada de Tlalpan 3665, ya no es sinónimo de derrota.

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