Por Christian Sandoval |9 de mayo de 2020, 12:02 PM

Los triunfos no llegan solos, se construyen. Y en ese proceso los grandes atletas del deporte mundial tienen que pasar por barreras y obstáculos que muchas veces ni siquiera imaginamos. 

Pues, justamente, en ese transitar hacia la gloria muchas de esas grandes luminarias del deporte; de esos que con su sola presencia garantizan un escenario repleto y un éxito de la industria, tuvieron que hacer una escala en nuestra pequeña nación, pasando casi siempre inadvertidos ante los ojos de las cámaras y desde luego de aquellos aficionados hambrientos de observar a esas figuras.

Iniciemos con el más grande de todos los tiempos en el deporte blanco. Roger Federer es el tenista más exitoso en la historia, ganando 20 Gram Slam (ocho títulos del Campeonato de Wimbledon, seis del Abierto de Australia, cinco del Abierto de Estados Unidos, así como un título del Torneo de Roland Garros), posee el récord de ser el jugador que más veces fue el número 1 del mundo con 310 semanas y obviamente sus reconocimientos han sido mundialmente aplaudidos.

Pues “Su Majestad” estuvo en nuestro país cuando su carrera apenas estaba en pañales. Vino con 14 años y cinco meses e intervino en la Copa de Café, en enero de 1996. Tan solo era una promesa de su natal Basilea y pasó casi desapercibido por nuestro máximo torneo tenístico. Jugó dos rondas pre clasificatorias; primero ganó por el retiro del rival, y en la segunda fase derrotó al panameño Carlos Vargas. Ya en las llaves principales venció al argentino Federico Cardinali y en la siguiente rueda cayó eliminado contra el estadounidense Diego Ayala, 6-4 y 6-1.

Federer jamás regresaría a jugar a Costa Rica, pues en 1997, con 16 años, se dedicaría de lleno al tenis y en 1998 ganaría su primer título profesional.

Pero además de Federer, por la Copa del Café desfilaron otras rutilantes estrellas tales como el sueco Björn Borg; el checo Iván Lendl; los argentinos Guillermo Vilas, Juan Martín del Potro y Mariano Puerta; así como el croata Marin Čilić. En categoría femenina por las canchas del Costa Rica Country Club también pasaron las reconocidas Victoria Azarenka y Jana Novotná.

Y siguen las estrellas.

Es definitivamente en el fútbol donde más estrellas pasaron por nuestras canchas siendo unos jovencitos, para luego dar su gran paso al estrellato convirtiéndose en jugadores casi imposibles de ver nuevamente en nuestros escenarios.

En marzo de 1997, el estadio Ricardo Saprissa vería el debut internacional de un joven de 15 años con la camisa de la selección de Camerún. Samuel Etoo ingresó al campo de juego, justamente un día antes de cumplir sus 16 años, para enfrentar a la selección tica que se preparaba para la fase final de la eliminatoria hacia Francia 98’. No fue una buena tarde para el adolescente Etoo, que vio a su equipo caer 0-5 ante la tricolor.

No obstante, después de eso, el “León indomable”, sería considerado el más grande jugador africano de la historia. Jugó para el Real Madrid, Barcelona, Inter de Milán y Chelsea de Inglaterra; entre otros equipos. Ganó 4 títulos de Liga; 4 de Copa; 3 de Súper Copa; 4 Champions League, un Mundial de Clubes y una medalla de oro de Juegos Olímpicos.

Pero al lado de Samuel Etoo, hubo otras grandes figuras que vinieron a Costa Rica en el inicio de sus prodigiosas y exitosas carreras. Antes de ser campeón mundial y de convertirse en el tercer mejor anotador de la selección alemana de todos los tiempos; Jurgen Klinsmann vino al país con su equipo Sttugart, el cual salió invicto al enfrentar a Alajuelense (3-0); Saprissa (5-0); Municipal Puntarenas (1-0) y a la Selección Nacional (0-0).

Otros casos fueron: el arquero Peter Schmeichel, que vino en 1989 con el Brondby de Dinamarca; el talentoso volante Pavel Nedved lo hizo en 1991 con el Dukla Praga; en 1984 el goleador austríaco Anton Polster jugó con el Austria Viena; el gran zaguero holandés Danny Blind vino en 1984 con el Sparta de Rotterdam; mientras que el “Apache” Carlos Tévez jugó con su selección infantil de Argentina ante la tricolor en el 2001, en el estadio Edgardo Baltodano de Liberia.

Pero el desfile no acaba ahí. En 1987 el River Plate de argentina jugó en Costa Rica un histórico encuentro ante la Liga Deportiva Alajuelense por la Copa Interamericana. En ese equipo venían muchas estrellas consagradas, sin embargo habían dos jóvenes que el mundo los conocería años después. El veloz goleador Claudio Paul Caniggia, tenía sólo 20 años cuando jugó en el Morera Soto, mientras que en la portería apenas hacía sus primeras armas un joven de nombre Sergio Goycoechea, quien para 1990 en el mundial de Italia, sería el gran héroe argentino en las tandas de penales contra Yugoslavia e Italia.

Sumemos al brasileño Raí, vino en 1985 con el Botafogo, y al colombiano Fautino Asprilla, quien jugó ante Saprissa y la tricolor en 1991, antes de ser la gran estrella colombiana de los 90s. Mientras que en el 2011, el “Faraón” Mohamed Salah, vino con la juvenil de Egipto a jugar dos amistosos ante Costa Rica.

Pero no solo en fútbol.

En 1997, el país conoció una historia llena de humanismo y lucha. Orlando "El Duke" Hernández, un beisbolista cubano, muy reconocido en su tierra, había abandonado la isla partiendo en un bote hacia Estados Unidos, con el único fin de buscar un mejor destino.

No obstante, el bote fue interceptado por guardacostas americanos y los ocupantes fueron entregados a las autoridades de las Bahamas para su futura repatriación hacia Cuba. Sin embargo en un giro inesperado, el beisbolista ​logró exiliarse en Costa Rica, donde se mantuvo por unos meses, hasta que logró ingresar en los Estados Unidos con una visa gestionada por los New York Yankees, con los que había negociado un contrato de cuatro años por 6,6 millones de dólares. Con los “mulos”, el "Duke" Hernández hizo historia y logró ganar tres Series Mundiales, más otra con los Medias Blancas de Chicago, convirtiéndose así en el único cubano en ganar cuatro títulos.

En ciclismo también hemos tenido la oportunidad de ver a figuras que luego saltarían al estrellato mundial. El colombiano Fabio Parra nos visitó en 1979 para correr la Vuelta a Costa Rica con sólo 20 años. Fue subcampeón del evento y luego reventó a nivel internacional corriendo 8 Tour de Francia y 7 Vuelta a España. Fue campeón novato de ambos eventos en 1985; y en 1988, fue tercero del Tour; mientras que un año después sería subcampeón de la Vuelta a España.

El italiano Fabio Casartelli vino a Costa Rica en 1990, siendo un amateur de 20 años; ganó una etapa de la vuelta y dejó muy buena impresión. Dos años después tocaría la gloria al ser medallista de oro de los Juegos Olímpicos de Barcelona 92’, y su carrera crecería como la espuma, hasta que, lamentablemente falleció el 18 de julio de 1995, durante la 15ª etapa del Tour de Francia. Sufrió un accidente durante el descenso en los Pirineos, sufriendo graves lesiones de cráneo y cara, para minutos después perder la vida.

Por eso, cada vez que veamos a jóvenes figuras en las canchas de nuestro país, recordemos que alguno de ellos podría ser a la vuelta de los años, una estrella máxima del deporte internacional.