Elaine Thompson-Herah, correr rápido para escapar de la pobreza
La jamaiquina revivió el sabor de la gloria olímpica, impresionando al mundo en la final de los 100 metros.
La jamaicana Elaine Thompson-Herah revivió este sábado el sabor de la gloria olímpica, impresionando al mundo en la final de los 100 metros, cinco años tras su éxito en Rio-2016. Pero la reina del esprint ha realizado un largo viaje para llegar hasta aquí, desde un distrito desfavorecido del centro de su isla, donde fue creció con su abuela.
Banana Ground
Elaine Thompson-Herah es originaria del distrito agrícola de "Banana Ground", un lugar marcado por una gran pobreza, situado en pleno centro de la isla, entre las parroquias de Manchester y Clarendon.
"Nada es lo suficientemente bonito para Elaine. Le daré todo lo que tengo", contaba en 2015 al diario jamaicano The Gleaner su abuela Gloria, que se ha encargado de gran parte de la educación de la atleta desde que tenía apenas siete meses.
"De pequeña, cuando volvía de la escuela, le cocinaba siempre una buena cena. Incluso aunque tuviera que pedir dinero prestado para ello", se enorgullece.
"Su madre solo tuvo una hija y yo le decía que esa niña sacaría a su mamá de la pobreza. Esta hija es una bendición", añadía.
Júnior discreta
En el país del esprint, donde el atletismo de velocidad se practica masivamente en las escuelas, Thompson-Herah era una joven de un buen nivel, pero nadie podía imaginar que llegaría tan alto o lograra un estatus de estrella en el país del todopoderoso Usain Bolt.
En 2009, con 17 años, consiguió un gran resultado en el campeonato de escuelas secundarias. Fue la última en clasificarse para la final pero se superó a sí mismo para conseguir el cuarto lugar en los 100 metros, con un tiempo de 12 segundos y una centésima, a medio segundo de la ganadora, Deandre Whitehorne, que nunca llegó luego a brillar a nivel internacional. Tampoco fueron figuras ni la segunda ni la tercera clasificada.
En 2011, su último año en la secundaria en Manchester High terminó mal: fue apartada del equipo de atletismo por motivos disciplinarios.
"Todos los días me digo que no me esperaba tener tanto éxito en el deporte", explicó. "Estoy muy feliz por haberlo conseguido", celebró.
Shelly-Ann Fraser-Pryce y Stephen Francis
Fue una conversación con su futuro entrenador, Stephen Francis (exentrenador de Asafa Powell) la que lo cambió todo.
"Había participado sin brillar en una competición (...) Me dijo que ya no estaba en la escuela, que tenía que ser seria porque corría contra campeonas en ese momento. Eso me estimuló", recordó.
En su grupo de entrenamiento coincidió con la doble campeona olímpica de 100 metros Shelly-Ann Fraser-Pryce, la mujer a la superó en la carrera de este sábado y a la que Thompson-Herah considera como "una mentora y una amiga".
"La que le motiva más es Shelly-Ann Fraser-Pryce, habla de ella sin parar", confirma su abuela.
Colores vivos pero discreta
En la pista, su imagen en los últimos años ha estado marcada por colores vivos y cambios de 'look', con tintes, collares, coronas de flores, labios pintados de color violeta...
Sin embargo, la propia Thompson-Herah insiste en que es más bien discreta y tranquila.
"Tras mis títulos olímpicos (tres oros en Rio-2016), nada cambió realmente, aparte de que tengo más followers. Salgo poco de casa, la verdad", asegura.
"Atención, aunque sonría todo el tiempo, soy dura en la pista. Es algo que llevo dentro", avisa.