Por AFP Agencia |22 de junio de 2021, 7:42 AM

Los organizadores de los Juegos Olímpicos de Tokio tuvieron que hacer frente a una avalancha de inconvenientes desde el aplazamiento histórico del evento en 2020 debido a la pandemia del covid-19, pero, a un mes de la competición, la pancarta de meta parece estar al fin a la vista.

El recorrido hacia estos Juegos no fue como los anteriores, con una lista sin final de complicaciones, que estuvieran cerca de desembocar en la primera anulación de unos Juegos en tiempos de paz.

Solo quedan cuatro semanas antes de la ceremonia de apertura el 23 de julio y si el ambiente está lejos del júbilo habitual que precede a los Juegos, los organizadores tienen razones para estar contentos.

Los deportistas, en todo el mundo, están buscando los últimos billetes clasificatorios, los primeros equipos han llegado a Japón, así como los principales responsables olímpicos y algunos periodistas extranjeros. Sondeos sugieren que la oposición de larga duración del público japonés a los Juegos, podría disminuir a medida que el día se inicio se aproxima.

"Estamos en plena fase de realización", se felicitó el lunes Thomas Bach, presidente del Comité Olímpico Internacional (COI). "Los deportistas comienzan a llegar a Tokio, listos para hacer realidad sus sueños".

La lucha ha sido ardua desde la decisión histórica en marzo de 2020 de aplazar los Juegos en un año, cuando la amplitud de la pandemia comenzaba a aparecer en el mundo. En ese momento, existía la esperanza de que la crisis habría terminado cuando llegara la ceremonia de apertura. Los Juegos serán "la prueba de la victoria de la humanidad sobre el virus", habían incluso afirmado los responsables japoneses.

Un invierno brutal y la aparición de variantes fulminaron ese tono positivo, alimentando al contrario una oposición creciente en Japón.

Ni aclamaciones, ni abrazos.

Organizadores y responsables olímpicos decidieron continuar yendo hacia adelante, esforzándose en retrasar las pruebas de clasificación y haciendo un esfuerzo colosal para redactar reglas anti-covid que, según ellos, garantizarán la seguridad del evento. 

Sin embargo, se vieron forzados a anunciar en marzo que estos Juegos serían los primeros de la historia en prohibir espectadores procedentes del extranjero. La presidenta de Tokio-2020, Seiko Hashimoto, calificó esta decisión de "muy decepcionante", pero "inevitable".

El lunes, los organizadores fijaron un techo de 10.000 personas por sitio para el público residente en Japón, pero previnieron que las competiciones podrían disputarse a puerta cerrada si las infecciones crecían durante los Juegos. 

Estos Juegos serán únicos. Las aclamaciones estarán prohibidas, aunque los aplausos autorizados, y los 11.000 deportistas no podrán abrazarse, al tiempo que deberán llevar una máscara todo el tiempo, salvo cuando coman, duerman o participen en una prueba. Solo podrán desplazarse entre la Villa Olímpica y sus lugares de entrenamiento o de competición. Las sanciones en caso de violación de estas reglas irán de una simple advertencia verbal a una exclusión de los Juegos, pasando por eventuales multas.

Oposición a los Juegos disminuye.

Según el COI, más del 80% de las personas presentes en la Villa Olímpica serán vacunadas, pero los deportistas deberán someterse a un test diario. Señal de los desafíos a venir es que un entrenador ugandés dio positivo a su llegada a Japón el sábado, cuando su delegación había sido vacunada y dio negativo antes de viajar.

El aplazamiento de los Juegos y las medidas antivirus llevaron a un sobrecosto de 2.300 millones de euros (2.735 millones de dólares), elevando el presupuesto oficial a 13.000 millones de euros (15.460 millones de dólares).

La situación sanitaria y estos costos exorbitantes contribuyeron a alimentar la oposición a los Juegos, con sondeos realizados a partir de diciembre que confirmaban que la mayoría de los japoneses deseaban la anulación o un nuevo aplazamiento.

Pero estas últimas semanas, algunos signos muestran que la opinión está cambiando, sondeos indican que alrededor de un tercio de las personas interrogadas son ahora favorables a la celebración de los Juegos, frente a solo un 14% hace un mes.

El primer ministro japonés, Yoshihide Suga, que debe afrontar su primera elección justo después de los Juegos, espera un éxito que podría relanzar su carrera política. 

Su gobierno fue criticado por su gestión de la crisis sanitaria, pese a que Japón ha tenido una epidemia menos grave que muchos otros países, con unas 14.500 muertes entre 125 millones de habitantes.

La campaña de vacunación comenzó lentamente en el archipiélago, pero el ritmo se acelera, con un 7% de la población ya completamente vacunada.


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