Por AFP Agencia |13 de septiembre de 2020, 11:04 AM

Autoridades locales de la costa oeste de Estados Unidos, devastada por incendios que han dejado al menos 30 muertos desde el principio del verano, acusaron este domingo a Donald Trump de negar el cambio climático, un día antes de que el presidente visite California para evaluar los daños.

Para esas autoridades y muchos expertos, la escala de estos incendios forestales, que se extienden desde Canadá hasta México, está indudablemente vinculada al cambio climático, que agrava la sequía crónica y provoca condiciones climáticas extremas.

En la última semana los fuegos se cobraron 22 vidas en California, el estado de Washington y Oregón, y decenas de personas están desaparecidas. 

Trump, que se reunirá el lunes con responsables de los servicios de emergencia, atribuyó los incendios a la gestión de los bosques en esos estados controlados por sus adversarios demócratas. 

"El tema es la gestión forestal", dijo el mandatario republicano el sábado por la noche durante un mitin de campaña en Nevada (sur), sin mencionar el cambio climático. "Recuerden estas palabras: gestión forestal". 

Sus palabras suscitaron críticas de autoridades locales. "El gobierno esconde la cabeza" con el tema medioambiental, acusó este domingo por la mañana en CNN el alcalde de Los Ángeles, Eric Garcetti. "No se trata de la gestión forestal o del rastrillado. Quienes viven en California se sienten insultados por esa afirmación". 

"Es irritante (...) tener a un presidente que niega que no se trata solamente de incendios forestales, sino de incendios climáticos", abundó en ABC Jay Inslee, el gobernador del estado de Washington. 

Ese territorio del noroeste de Estados Unidos, donde una persona murió en los incendios, vive una situación "apocalíptica", según Inslee, con fuegos que siguen arrasando y miles de personas que perdieron su hogar. 

El sábado Joe Biden, el adversario demócrata de Trump para las presidenciales del 3 de noviembre, también atacó al presidente por sus declaraciones.  

"El presidente Trump puede buscar negar la realidad, pero los hechos son innegables. Debemos actuar absolutamente para evitar un futuro marcado por un diluvio interminable de tragedias, como la que sufren hoy las familias estadounidenses en el oeste", dijo en un comunicado.

Dos millones de hectáreas 

En California, el balance de la semana pasó el sábado a 14 fallecidos, 12 de ellos en el condado de Butte, que aún recuerda los incendios de noviembre de 2018 que dejaron 86 muertos y devastaron la ciudad de Paradise. 

Ocho personas ya habían muerto en los incendios en agosto. 

Los incendios han calcinado 1,2 millones de hectáreas este año en California, un récord. Si se suman los bosques quemados en Oregón y el estado de Washington, las llamas han consumido dos millones de hectáreas, y la temporada de los fuegos dura en teoría hasta noviembre. 

Los incendios generan espesas cortinas de humo que contaminan el aire. La mayor ciudad de Oregón, Portland, tiene este domingo el mayor nivel de polución del mundo, según la clasificación de la empresa IQAir.

En Oregón, donde más de 400.000 hectáreas ardieron, siete personas murieron esta semana en los incendios. Pero las autoridades temen que la cifra empeore a medida que los rescatistas logren acceder a zonas aisladas por las llamas. 

 Evacuados cuatro veces 

El fuego amenaza zonas de Oregón en las que residen 500.000 habitantes. 

Unas quince familias de la ciudad de Estacada, evacuadas a principios de semana, encontraron refugio en el estacionamiento de una universidad en Gresham (20 km al este de Portland), donde se han instalado baños temporales.

Refugiados en casas rodantes o tiendas de campaña, pasan el tiempo charlando alrededor de las barbacoas. "Salimos el martes y nos evacuaron cuatro veces mientras el fuego y el humo crecían", dijo a la AFP Bill, de 49 años, quien huyó con su esposa, cuatro hijas, su perro y sus cobayas.

Poco antes de ser evacuada, Joy, una mujer de 56 años que prefiere no dar su apellido, afirma haber visto "un pájaro volar y caer repentinamente" al piso fulminado. "Dije, 'esto mata a las criaturas de Dios, yo no quiero morir también'. Así que nos fuimos", por calles cubiertas de "casi dos centímetros de ceniza", asegura.

El sábado numerosos habitantes regresaron a Estacada, donde el peligro ya no parecía inminente. En el centro de la ciudad, alguien colgó una gran pancarta con el mensaje "Afrontamos esto juntos".

Marvin Flora, dueño de un restaurante, distribuía gratuitamente comida. "He vuelto esta mañana para ayudar a esta gente", dice ese sexuagenario a la AFP. "Damos sándwiches al personal de emergencia que sigue aquí. Así podemos darles las gracias".