Por AFP Agencia |29 de enero de 2021, 8:10 AM

Tras un mercado previo al comienzo de la temporada ya tímido en Europa, los escasos fichajes en esta ventana de enero son un firme testimonio de la crisis económica que vive el fútbol, con el riesgo de que se incrementen las diferencias deportivas y los más afectados sean los clubes humildes.

A tres días del cierre del mercado, el lunes, ningún movimiento parece que podrá acercarse a la llegada el año pasado del medio ofensivo portugués Bruno Fernandes al Manchester United, fichado del Sporting del Lisboa por 55 millones de euros (66 millones de dólares).

Numerosos jugadores han salido como cedidos este enero, como es el caso de Moussa Dembelé (del Lyon al Atlético de Madrid), Martin Odegaard (del Real Madrid al Arsenal) o Luka Jovic (del Real Madrid al Eintracht Fráncfort).

"No es normal el bajo número de movimientos", constató el director deportivo del Marsella Pablo Longoria. 

"Es un cambio de situación muy drástico", añadió Raffaele Poli, responsable del observatorio del fútbol CIES, en Neuchatel (Suiza).

La FIFA estableció que en 2020 se produjo la primera bajada en el mercado de fichajes internacionales en una década (-5,4% en un año), ligada a la incidencia de la pandemia en un sector económico ya frágil.

Los clubes, privados de los ingresos por las entradas en los estadios debido a que los partidos se juegan a puerta cerrada, también han visto como han bajado las cantidades recibidas por los derechos de televisión y los ingresos comerciales. "No es el momento de invertir el dinero que no se tiene", resumió el investigador.

Necesidad de dinero contante.

A pesar de que las competiciones han podido reanudarse tras el parón total de la primavera boreal de 2020, el covid-19 sigue marcando la temporada 2020-2021, antes de un regreso a la normalidad que ya nadie se atreve a predecir.

Para el fútbol europeo, "el escenario base es de 6.500 a 8.500 millones de euros (7.880-10.300 millones de dólares)" que se han dejado de ganar, afirmó el miércoles Andrea Agnelli, el presidente de la Juventus y del sindicato europeo de clubes (ECA), sin precisar la fuente de estos datos.

"Cerca de 360 clubes han tenido necesidad de inyecciones de 'cash', bajo forma de endeudamiento o capitalización, por un total de 6.000 millones de euros en dos años", añadió el dirigente italiano.

"Los institutos de crédito no están muy por la labor de financiar el fútbol", dijo Poli, por lo que optan por fondos privados que hacen "que el coste de la deuda sea enorme para algunos clubes".

La ralentización de los fichajes penaliza sobre todo a los clubes de la mitad de la tabla y a los campeonatos de segundo rango. Más allá de las entradas, su modelo económica se apoya en la formación y desarrollo de jugadores.

Superliga y clubes vivero.

Con la erosión de los ingresos, las cargas fijas se convierten en un problema para los clubes, teniendo en cuenta el incremento de los salarios en el fútbol europeo en los últimos diez años.

Los sueldos de los jugadores, que se llevaban el 60% de los ingresos de los clubes antes de la pandemia, deberían aumentar este año al 76% en los campeonatos que no están en el Top-5 (Inglaterra, Alemania, España, Italia y Francia), según un estudio realizado en julio por la ECA.

Pero lejos de incitar a la solidaridad, la crisis ha llevado a los grandes del continente a intentar asegurar sus entradas de dinero. Algunos viven desde hace mucho tiempo más allá de sus medios, como el Barcelona, que tiene una deuda abismal.

En parte por la crisis, desde octubre se han incrementado los rumores de una posible Superliga europea cerrada a 15 o 20 grandes clubes del continente, en busca de ingresos superiores a los que tienen en la Liga de Campeones. Un proyecto que haría más ricos a los grandes y supondría un duro golpe para los humildes.