Thelma Aldana, exfiscal general de Guatemala: "Tienen miedo de que termine con la corrupción"
La ahora candidata a las elecciones presidenciales habla con BBC Mundo desde El Salvador de lo que considera una "persecución política".
"Hago un llamado a la comunidad internacional para que ponga atención a lo que esta pasando en Guatemala: estoy siendo víctima de una persecución, de un linchamiento, por haber incursionado en la política".
Eso denuncia en entrevista con BBC Mundo Thelma Aldana, de 63 años, quien fuera fiscal general entre 2014 y 2018, y convertida en candidata a presidenta de Guatemala por el partido político Movimiento Semilla.
El pasado miércoles, un juez ordenó su arresto por malversación, mentiras y fraude fiscal.
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La exfiscal fue clave en el trabajo de la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (Cicig) en revelar casos de corrupción que llevaron a la cárcel al expresidente Otto Pérez Molina y a su vicepresidenta Roxana Baldetti, entre otros cargos públicos.
La Cicig, respaldada por la ONU, también investiga un caso de financiamiento electoral ilícito del presidente del país, Jimmy Morales.
Morales decidió no renovar el mandato de la comisión, por lo que estará vigente hasta el próximo 3 de septiembre.
Aldana contesta a la entrevista de BBC Mundo vía telefónica desde El Salvador.
El gobierno de Guatemala ha confirmado que tiene una orden de arresto. Está acusada de peculado y de malversación de fondos, entre otras cosas…
Se trata de una persecución que dirige contra mí el presidente Jimmy Morales.
Yo estoy en El Salvador y en frente de donde estoy hospedada, hay vehículos con placas guatemaltecas con agentes encubiertos. Los identifico porque fui fiscal general de la República.
Tengo información que los registros en la carretera que entra desde El Salvador son intensos.
El Estado me está buscando e intimidando, después de que utilizó un proceso penal para obtener una orden de captura que es ilegal. Es producto de una investigación sesgada, que se alejó de los parámetros de trasparencia y objetividad que debe manejar el ministerio público.
Pero entonces, ¿niega usted las distintas acusaciones en su contra? ¿Puede probar que no son ciertas?
Yo estoy dispuesta a someterme al polígrafo (detector de mentiras) sobre este caso y sobre todos los que han inventado siempre y cuando los diputados del pacto de corruptos también se sometan al polígrafo.
Puedo aclarar de todo lo que me acusan, siempre y cuando se garantice que hay objetividad y transparencia en los entes que se han involucrado.
Tengo 18 denuncias y querellas penales en mi contra desde que entregué el cargo como fiscal general. Eso denota que se trata de venganza, especialmente si revisamos a los denunciantes.
Son personas a quienes yo, con la Cicig, presentamos casos. Es evidente que por un lado se quieren vengar y que, por el otro lado, no quieren que yo participe en el próximo proceso electoral.
Tienen miedo que pueda resultar electa como presidenta y entonces sí termine de una vez por todas con la corrupción como una práctica permanente en el país.
¿Teme por su vida? Ya ha dicho en otras ocasiones que ha sido amenazada…
Sí, he sido amenazada de muerte en varias ocasiones. Por esa razón tengo medidas decretadas por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
El equipo que me acompaña sí está preocupado, pero yo no tengo ningún temor, se que vamos a salir adelante.
El presidente Jimmy Morales tiene que responder por mi integridad física.
¿Por qué quiere ser presidenta?
Porque en Guatemala hay un Estado capturado, cooptado, que durante décadas ha funcionado en base a esquemas de corrupción y de impunidad.
Hay un 60% de pobreza y un 23% de pobreza extrema, hay hambre.
Mientras, el pacto de corruptos se lleva todo. Nos han negado la oportunidad de construir escuelas, hospitales, tener medicamentos, que la población tenga acceso a condiciones dignas.
Lo que ha habido en Guatemala es exclusión.
Y los cuatro años que trabajé como fiscal general me ayudaron a ver a profundidad esa realidad y no podía permanecer como una simple espectadora.
Tengo muy claro que la única forma de cambiar las cosas es incursionando en el sistema político con nuevas practicas.
¿Cómo haría usted para acabar con esa corrupción?
Fue el propio gobierno de Guatemala que pidió a la ONU la instalación de la Cicig. El gobierno ha reconocido durante diez años que en el país hay impunidad.
Hay también corrupción y criminalidad incrustada en el Estado y la única forma de desbaratar esas estructuras es dirigir al país, los casos de investigación no son suficientes, son solo parte de la solución.
Pero, en este momento, es indispensable formar un gobierno eficiente, transparente, que sirva a la población.
¿Qué ha aportado la Cicig a Guatemala?
La Cicig es un mecanismo exitoso y eso molesta a organizaciones criminales y a grupos que se han movido con privilegio en el país.
Por supuesto que molesta al presidente Jimmy Morales porque en su contra existen casos de investigación de financiamiento electoral ilícito. Él no quiere someterse al a justicia sino que quiere buscar la impunidad.
La presencia de la Cicig molesta a determinado grupo, pero la inmensa mayoría de la población pide que la comisión continúe en el país.
¿De ganar usted la presidencia,renovaría el mandato de la Cicig?
Sin lugar a dudas. Por supuesto, sería una Cicig fortalecida, renovada, con funciones específica y tomando en cuenta la experiencia de 10 años.
¿Qué piensa de las reformas propuestas a la ley de amnistía, que está por la tercera lectura en el Congreso y que supondría la liberación en 24 horas de militares condenados por desapariciones, violaciones, tortura o genocidio?
No estoy de acuerdo que se reforme esa ley.
En Guatemala hay impunidad en el presente y con una modificación a esta ley habrá también impunidad para crímenes del pasado.
Usted era la fiscal general cuando se arrestaron a esos exmilitares acusados de crímenes de lesa humanidad...
Sí, durante mi ejercicio como fiscal general seguimos varios casos. En el caso Sepur Zarco, por ejemplo, se obtuvieron sentencias de carácter condenatorio.
En el conflicto armado interno, se trató de actuar contra las mujeres guatemaltecas, particularmente las mujeres indígenas. Esta sentencia nos permite dar un mensaje tanto a Guatemala como a la comunidad internacional que en ningún conflicto armado la mujer puede ser tomada como un botín de guerra.
Hay otra propuesta, la de ley de libertad a presos, que dice que para liberar las cárceles se podrían sacar a los mayores de 70 años. Los grupos de derechos humanos alertan que también significaría dejar libres a los acusados de crímenes de lesa humanidad en el conflicto armado.
Es una muestra del sistema corrupto que vive Guatemala. Todo se maneja y se mueve a través de la corrupción y la impunidad. Es evidente que solo busca mantener el statu quo y los privilegios en un sistema corrupto.
Con la orden de arresto en su contra y las impugnaciones que existen a su candidatura, ¿qué posibilidades hay que su campaña siga adelante?
Tiene que seguir adelante, va a seguir adelante. Nosotros estamos dispuestos a continuar y lo único que exigimos es que el Estado garantice nuestra libertad de participación política.
¿Cuando volverá a Guatemala? Su vuelta estaba programada para este jueves…
Voy a volver pronto. Sólo espero que el equipo (del partido Movimiento Semilla) que está trabajando en Guatemala me dé la instrucción y yo vuelvo inmediatamente. Tiene que ser en estos días.
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