Por AFP Agencia |4 de marzo de 2022, 11:30 AM

Las tropas rusas ocuparon este viernes la mayor central nuclear de Ucrania y de Europa, tras un ataque que provocó un incendio sin consecuencias en los niveles de radiactividad, pero que paralizó al mundo ante el temor de una nueva catástrofe atómica.

"Hemos sobrevivido a una noche que pudo poner fin a la Historia. La historia de Ucrania. La historia de Europa", dijo el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, luego de que proyectiles rusos impactasen en la planta nuclear de Zaporiyia, a unos 150 kilómetros al norte de la península de Crimea.

Los bomberos extinguieron el incendio que se desató en un edificio y un laboratorio, según las autoridades de Kiev, tras unas horas de alarma en las que sobrevoló el fantasma de una nueva catástrofe nuclear como la de Chernóbil en 1986 en la misma Ucrania, cuando este país formaba parte de la Unión Soviética.

La agencia de inspección de las plantas atómicas de Ucrania confirmó poco después que "no se han registrado cambios en la situación de la radiación" en planta, cuyo territorio quedó en manos de las fuerzas rusas.

De los seis bloques, el primero fue puesto fuera de servicio, los números 2, 3, 5 y 6 están en proceso de enfriamiento y el 4 se encuentra operativo, precisó.

"Hay que impedir que Europa muera de un desastre nuclear", declaró Zelenski, reclamando sanciones más duras contra Moscú.

El ataque ruso provocó conmoción mundial. El presidente estadounidense, Joe Biden, se comunicó de inmediato con Zelenski y con el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, y condenó la "irresponsabilidad" de Rusia.

El Consejo de Seguridad de la ONU se reunirá este viernes en Nueva York por pedido del Reino Unido para estudiar las consecuencias de estos bombardeos, indicaron diplomáticos.

El 24 de febrero, en el inicio de la invasión rusa, se registraron combates cerca de la excentral de Chernóbil, unos cien kilómetros al norte de Kiev, en manos de las tropas rusas desde entonces.

- Nuevas negociaciones -

En el noveno día de la ofensiva, la perspectiva de un alto el fuego parece lejana. En una segunda ronda de negociación el jueves ambos bandos solo acordaron crear corredores humanitarios.

Ucrania cuenta con que haya una tercera ronda de negociaciones con Rusia este fin de semana, declaró uno de los enviados ucranianos, Mikhailo Podoliak.

Esa información fue confirmada por la oficina del jefe del gobierno alemán, Olaf Scholz, quien habló por teléfono con utin, indicó la calcillería en Berlín.

Pero el diálogo solamente es posible si se aceptan "todas las exigencias rusas", advirtió sin embargo Putin en esa conversación, de acuerdo con el Kremlin.

Putin negó además que las fuerzas rusas estén bombardeando ciudades ucranianas, a pesar de las imágenes de destrucción en los últimos días procedentes de Kiev, Járkov (este), Mariúpol (sureste) y otras urbes.

En una conversación con el mandatario francés, Emmanuel Macron, el lunes, Putin había exigido "el reconocimiento de la soberanía rusa de Crimea (anexada en 2014) y la desmilitarización y la 'desnazificación' del Estado ucraniano y la promesa de su estatuto neutro".

Moscú justifica su invasión como una operación para proteger a la población de las regiones separatistas del Donbás, en el este de Ucrania.

- "Un infierno" -

La invasión rusa, aparentemente ralentizada en Kiev y Járkov (norteste), progresa en el sur. 

Zelenski pidió a los países occidentales que "cierren el cielo" ucraniano a las naves rusas o que entreguen aviones a Ucrania.

Pero la OTAN aseguró este viernes que sus aviones no actuarán en Ucrania, cerrando así la puerta a la creación de una zona de exclusión aérea. 

"Creemos que si hacemos eso, acabaremos teniendo algo que puede convertirse en una guerra total en Europa, envolviendo a muchos otros países y causando mucho más sufrimiento humano", dijo Stoltenberg.

Los países occidentales han entregado armas a Ucrania, pero han centrado su respuesta en una batería de sanciones para aislar a Rusia a nivel diplomático, económico, cultural y deportivo.

Este viernes se escucharon disparos en Bucha, al noroeste de Kiev, donde podían verse blindados rusos destruidos. Al este, se veía humo que salía de depósitos bombardeados, según fotógrafos de la AFP.

A unos 350 km al este de la capital, la situación también se volvió "un infierno" en Okhtyrka, y es "crítica" en Sumy, según las autoridades locales.

En el estratégico puerto de Mariúpol (sudeste), la situación humanitaria es "terrible" tras 40 horas de bombardeos ininterrumpidos, incluyendo a escuelas y hospitales, declaró a la BBC el vicealcalde Serguéi Orlov.

El jueves, los rusos consolidaron la toma de Jersón (290.000 habitantes, sur), su primera gran victoria hasta la fecha, e intensificaron sus bombardeos contra otros centros urbanos.

Al menos 47 personas murieron ese mismo día en un ataque contra áreas residenciales, incluyendo colegios, de Chernigov (norte), informaron las autoridades este viernes en un nuevo balance revisado al alza.

Más de 1,2 millones de refugiados huyeron de Ucrania hacia los países vecinos desde el inicio de la invasión y millones de otros se han convertido en desplazados internos, de acuerdo con el Alto Comisionado para los Refugiados de Naciones Unidas.

- Mordaza a la prensa -

A nivel doméstico, Moscú estrechó este viernes su control sobre la prensa y aumentó la represión contra oenegés de defensa de los derechos humanos y de ayuda a migrantes. 

El acceso a los portales de edición en ruso de la BBC, la radiotelevisión internacional alemana Deutsche Welle y otros medios independientes, fue "limitado", según el organismo regulador de medios (Roskomnadzor).

Ante esta decisión, la BCC anunció que retiraba a sus periodistas de Rusia.

El Parlamento ruso adoptó un texto que prevé penas de prisión de hasta 15 años para aquellas personas que publiquen "falsas informaciones" sobre el ejército.

Solo falta que los firme el presidente, Vladimir Putin, para que entren en vigor. 

Dos conocidas oenegés, la emblemática Memorial de defensa de los derechos humanas y otra dedicada a la ayuda a migrantes, fueron objeto de redadas de la policía en Moscú, según las dos organizaciones.