Pastore olvida las lesiones en su mejor temporada en París

El centrocampista argentino Javier Pastore está firmando la mejor temporada desde su llegada al París SG en 2011. El fino atacante parece haber superado su lesión muscular del pasado mes y llega en la mejor forma al momento decisivo de la temporada.

Lesionado durante la victoria ante el Rennes (1-0) el 30 de enero, Pastore no se hundió cuando en las siguientes jornadas Blaise Matuidi ocupó su lugar. 

El temor a una recaída de la misma lesión que tuvo en diciembre no le afectó, después de unos últimos meses de una gran regularidad en sus buenas actuaciones.

Volvió el 17 de febrero, pero apenas pudo intervenir durante los últimos diez minutos que disputó en el partido de ida de los octavos de final de la Liga de Campeones ante el Chelsea (1-1). Tras esto, volvió a encontrar buenas sensaciones ante Toulouse (3-1), antes de recuperar la chispa en el doble encuentro ante Mónaco, el domingo en Ligue 1 (0-0) y el miércoles en Copa de Francia (2-0).

"Nos ofrece muchas posibilidades, estamos muy contentos de tenerlo y de verlo a este nivel", declaró esta semana el técnico Laurent Blanc, antes de que el PSG se juegue el pase en Londres ante Chelsea y siga en la carrera por un triplete doméstico histórico (Liga, Copa y Copa de la Liga).

Pastore, cuyo contrato acaba en 2016, se ha convertido finalmente en uno de los hombres fuertes del PSG.

Cuando miramos por el retrovisor, veíamos a un jugador con un talento fuera de toda discusión pero que jamás había dado la verdadera medida de su clase, en parte a su fragilidad, física y mental.

El argentino llegó rodeado de una gran expectación a la capital francesa en el verano (boreal) de 2011, procedente del Palermo por 42 millones de euros (46 millones de dólares), con la responsabilidad, a sus 21 años, de encabezar el nuevo PSG versión catarí. Pastore anotó 12 goles y dio seis asistencias en su primer año.

- 'Más maduro' -

A la sombra del gigante sueco Zlatan Ibrahimovic, que arrastra todo a su paso, la segunda temporada de Pastore no fue la de su confirmación. Peor todavía fue la tercera y un largo periodo languideciendo si dar la impresión de poder recuperarse.

Hasta la ida de cuartos de final de la Liga de Campeones contra el Chelsea en abril de 2014, cuando Laurent Blanc, quien nunca ha dejado de creer en Pastore. Lo hizo entrar al final del partido, y el número 27 del PSG dio la razón a su entrenador anotando un soberbio gol que dejaba el marcador en 3-1.

Un gol que valió para poco (los Blues remontaron la vuelta 2-0) como el que también consiguió un año después en el Camp Nou contra el FC Barcelona en cuartos de final (1-1) y que tampoco pudo evitar la eliminación.

Esto es lo que resumía la estancia del argentino en París: fogonazos de talento en medio de un océano de mediocridad, lo que resultó insuficiente para recibir la llamada de Argentina para disputar el Mundial-2014.

Decidido a no perder tiempo y tomando la palabra a su entrenador -"tiene que darse cuenta que puede ser un jugador importante del equipo"-, 'El Flaco' se preparó como nunca en este pasado verano (boreal).

Rápidamente se hizo con el puesto de titular, aprovechándose del mejor estado de forma de algunos compañeros, pero sobre todo por el peso ganado en el juego colectivo. Una influencia que aunque en datos no sea espectacular (tres goles y ocho asistencias en todas las competiciones), es cierto que con él, el PSG juega mejor y crea más oportunidades.

"El talento está ahí, ha progresado a nivel mental y demuestra mayor madurez en su juego. Javier ha hecho todo lo posible para realizar una gran temporada", elogió recientemente Laurent Blanc, al jugador del PSG más utilizado en la Ligue 1.