Por AFP Agencia |1 de marzo de 2021, 5:28 AM

Los partidarios del primer ministro y de la oposición tenían previsto volver a salir a la calle el lunes en Armenia, inmersa en una grave crisis política con el telón de fondo de la derrota militar del año pasado en la región de Nagorno Karabaj.

Cada bando trata de medir su fuerza y ambos convocaron concentraciones a las 18h00 locales (14h00 GMT) en dos lugares distintos de Ereván, la capital. manifestaciones

Para la oposición, el objetivo es conseguir la salida del jefe de gobierno Nikol Pachinian, acusado de traición. Este último pidió a sus partidarios que muestren "la disposición del pueblo a apoyar el orden democrático y constitucional".

Armenia, un país pobre del Cáucaso, está al borde del caos desde que Nikol Pachinian aceptó en noviembre, bajo presión, un acuerdo de paz que ratificaba una humillante derrota frente a Azerbaiyán en la región independentista de Nagorno Karabaj.

La oposición reclama desde entonces su marcha y el enfrentamiento, que llevaba meses latente, se reavivó el jueves con la petición de dimisión de Pachinian por parte del Estado mayor.

Debilitado pero no derrotado, el primer ministro denunció inmediatamente un intento de golpe militar, ordenó la destitución del jefe del ejército y reunió a 20.000 simpatizantes en las calles ese mismo día.

Por su parte, la oposición también se movilizó con tres días consecutivos de manifestaciones desde el jueves hasta el sábado.

Para agravar aún más la situación, el presidente Armen Sarkisian --un opositor político de Nikol Pachinian-- se negó el sábado a validar la destitución del jefe del ejército, argumentando que la crisis "no puede resolverse con frecuentes cambios de responsables".

"La lucha política no debe sobrepasar el marco legal y provocar choques e inestabilidad", añadió Sarkisian en una declaración el lunes, en la que pidió "tolerancia y solidaridad".

Nikol Pachinian replicó que volvería a enviar a la presidencia la orden de destitución del jefe del ejército.

Un héroe convertido en "traidor"

El lunes, los partidarios de Nikol Pachinian tenían previsto reunirse en un monumento a las víctimas de los disturbios que siguieron a las elecciones presidenciales de marzo de 2008.

Denunciando unas elecciones corruptas, la oposición, de la que Pachinian era una estrella emergente en aquel momento, fue reprimida y los enfrentamientos con la policía dejaron diez muertos y cientos de heridos.

Encarcelado durante dos años por participar en las protestas, Pachinian llegó al poder en 2018 en una revolución pacífica que derrocó al expresidente Serge Sarkisian.

Muy popular y con la promesa de librar a Armenia de las antiguas élites corruptas, Pachinian perdió sin embargo parte de su crédito con la guerra de Nagorno Karabaj contra Azerbaiyán.

Ante el riesgo de una debacle, el ejército armenio había pedido al jefe de gobierno en noviembre, tras seis semanas de combates, que aceptara un alto el fuego negociado por el presidente ruso Vladimir Putin que implicaba importantes pérdidas territoriales.

Aunque la mayor parte de la región separatista armenia de Nagorno Karabaj se mantiene, Armenia perdió la simbólica ciudad de Shusha, así como un varios territorios azerbaiyanos que rodean la región.

En seis semanas, la guerra se cobró unas 6.000 vidas.