Nueva York recuerda su gran apagón ocurrido hace diez años
Se cancelaron 400 vuelos, en algunos puntos del país se tardó hasta tres días en reestablecer el servicio y las pérdidas se cifraron en 6.000 millones de dólares.
Nueva York, 14 ago (EFE).- Hace diez años, Nueva York, una de las ciudades con más contaminación lumínica del mundo, se quedó a oscuras cuando un fallo en el tendido eléctrico de Ohio (EE.UU.) provocó un efecto dominó que dejó sin luz a 50 millones de personas, incluidas también de Michigan, Nueva Inglaterra y parte de Canadá.
Las líneas de metro cortadas, con el consiguiente caos en los desplazamientos; las alarmas de los establecimientos inactivas, con el consecuente pillaje; sin aire acondicionado en pleno agosto, y los fantasmas del 11-S ante el miedo a otro ataque terrorista se sufrieron en la ciudad aquél 14 de agosto de 2003.
Pero el mayor apagón de la historia de Estados Unidos también supuso la oportunidad de observar un espectáculo urbano único, con un skyline apagado en el atardecer, un Times Square sin su sobredosis lumínica o un cielo estrellado como nunca más se ha visto en Nueva York, cuyas fotos hoy vuelven a poblar internet como "souvenir" de esos atípicos momentos.
Bastaron nueve segundos a las 20.10 horas GMT para que un área de 24.000 kilómetros cuadrados quedara desabastecida de electricidad, incluidas 100 plantas energéticas, 22 de ellas nucleares.
Se cancelaron 400 vuelos, en algunos puntos del país se tardó hasta tres días en reestablecer el servicio y las pérdidas se cifraron en 6.000 millones de dólares.
Aquél apagón dejó en evidencia lo obsoleto del sistema energético de Estados Unidos y la renovación del mismo requirió una inversión multimillonaria y obligó al Congreso a aprobar en tiempo récord una ley de energía que evitara que se repitiera lo que los expertos, entonces, definieron como un "tendido tercermundista".
Hace diez años no existía Twitter, pero hoy el hashtag #Blackout2003 recoge impresiones, anécdotas y chistes sobre lo que pasó.
Algunos estaban firmando el contrato de su nueva vivienda y sintieron que aquello era una señal del destino. Otra recuerda que estaba haciéndose un tatuaje que quedó a medias para siempre.
"Fue la mejor fiesta callejera de mi barrio. Todas las barbacoas en fila en la calle, cocinando todos los alimentos perecederos. Todos sentados y riendo", dice otra tuitera. "Desde entonces el precio de la electricidad no ha hecho más que subir, subir y subir", añade otro que pide un nuevo apagón de protesta por este ascenso en las facturas de la luz.
Para muchos neoyorquinos, en cambio, el apagón más que un recuerdo lejano les parece una experiencia reciente, pues el huracán Sandy revivió esa misma situación en el sur de Manhattan para 750.000 personas el pasado octubre.