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Monseñor Romero, beato salvadoreño querido como santo y pastor de los pobres

Monseñor Romero será proclamado beato en una multitudinaria ceremonia en la plaza Salvador del Mundo de la capital salvadoreña.

Por AFP Agencia |19 de mayo de 2015, 1:09 AM

Monseñor Oscar Arnulfo Romero, símbolo de una Iglesia cercana a los pobres, será beatificado el sábado aunque los salvadoreños ya lo arropan como un santo al que rezan por un país más justo y lo recuerdan en murales, estatuas y hasta llaveros.

Monseñor Romero será proclamado beato en una multitudinaria ceremonia en la plaza Salvador del Mundo de la capital salvadoreña.

"Monseñor Romero fue un hombre extraordinario, preocupado por su rebaño y es un ejemplo claro al mundo de un pastor que vivió y que sufrió junto a los más pobres", reseñó monseñor Jesús Delgado, quien fue secretario personal de Romero.

El 23 de marzo de 1980, monseñor Romero en una homilía hizo un vehemente llamado a los soldados a desobedecer órdenes de disparar contra el pueblo: "Les suplico, les ruego, les ordeno en nombre de Dios, cese la represión".

Un día después del emotivo llamamiento, un francotirador de la extrema derecha le disparo en el pecho cuando oficiaba la misa ante en la capilla del hospital para cancerosos La Divina Providencia, en el norte de la capital.

El 30 de marzo, la multitud que acudió a su funeral fue dispersada a balazos por soldados que dejaron numerosos muertos.

El magnicidio de Romero, fue el detonante de una guerra civil que duró doce años (1980-1992) y dejó 75.000 muertos.

Su vida y la iglesia

Romero nació el 15 de agosto de 1917 en Ciudad Barrios, un pueblo cafetalero en el departamento de San Miguel, 156 km al noreste de San Salvador.

Su vida religiosa comenzó en 1931 cuando ingresó al seminario menor de San Miguel, donde fue conocido como "el niño de la flauta", por el pequeño instrumento de bambú que heredó de su padre.

En 1937 fue aceptado en el seminario mayor San José de la Montaña, en San Salvador y siete meses más tarde viajó a estudiar teología en Roma, donde presenció las calamidades de la Segunda Guerra Mundial y fue ordenado sacerdote el 4 de abril de 1942.

El 21 de junio de 1970, fue nombrado obispo auxiliar de la capital y más tarde obispo de Santiago de María, Usulután, el 15 de octubre de 1974, en momentos que comenzaba la represión contra campesinos organizados.

Conocido entonces por su postura conservadora, Romero fue ungido arzobispo el 23 de febrero de 1977, a sus 59 años.

En marzo de 1977, el asesinato de su amigo el sacerdote Rutilio Grande, junto a dos campesinos, transformó a Romero, quien hizo de la denuncia su bandera.

Por las denuncias que transmitía por la radio católica YSAX y el semanario Orientación, Romero llegó a ser conocido como "la voz de los sin voz".