Por AFP Agencia |29 de enero de 2023, 11:26 AM

Las fuerzas de seguridad israelíes sellaron este domingo el domicilio familiar del palestino que mató a siete personas el viernes frente a una sinagoga en Jerusalén Este, en una de las primeras medidas de represalia contra los "familiares de terroristas".

El gabinete de seguridad israelí había anunciado el sábado por la noche que tomaría medidas contra "los familiares de terroristas que apoyan el terrorismo".

Entre las medidas citadas figura la posibilidad de privarlos de la seguridad social o de quitarles la documentación de identidad israelí. Esta última será examinada en consejo de ministros.

También se había indicado que la casa de la familia de Khayri Alqam, autor del atentado del viernes en Neve Yaakov, "sería acordonada de manera inmediata antes de ser destruida".

Un corresponsal de la AFP vio cómo las fuerzas israelíes cerraron herméticamente las distintas entradas del domicilio, mientras que sus habitantes eran obligados a abandonarlo.

La demolición de viviendas de familiares de palestinos que mataron a israelíes no resulta una medida nueva en Israel, cuyas autoridades la defienden por sus efectos disuasorios, aunque sus detractores la consideran un castigo colectivo innecesario.

El jefe del departamento legal de la oenegé israelí HaMoked, Dani Shenhar, dijo que la demolición anunciada de esa casa muestra "la voluntad de venganza" del gobierno "contra los familiares".

Es una medida tomada "sin ningún respeto por el Estado de derecho", añadió.

Casa incendiada 

Khayri Alqam, de 21 años, mató el viernes a siete personas frente a una sinagoga en Jerusalén Este, antes de ser abatido tras una corta persecución policial.

El sábado, otro joven palestino, de solo 13 años, hirió de bala a un hombre de 47 y su hijo, de 23, antes de ser "herido y neutralizado" en un barrio fuera de la muralla que delimita la Ciudad Vieja, en Jerusalén Este, informó la policía.

Ninguna organización reivindicó la autoría de estos dos ataques.

Tres de las víctimas del tiroteo del viernes fueron enterradas la noche del sábado, según constató un periodista de la AFP.

Se trataba de Asher Natan, un adolescente de 14 años, y de Eli y Natalie Mizrahi, una pareja que intentó socorrer a las primeras víctimas del atentado.

Esta espiral de violencia se inició el jueves con una incursión israelí en el enclave palestino ocupado de Cisjordania, en la cual murieron nueve palestinos, entre ellos una anciana.

Una casa y un vehículo palestinos fueron incendiados en el pueblo de Turmus Ayya, en Cisjordania, un ataque atribuido por los habitantes a colonos israelíes, pero que no fue confirmado por las fuerzas armadas israelíes.

El gobierno israelí puso en estado de alerta máxima a las fuerzas de seguridad y el ejército anunció refuerzos en Cisjordania.

Armar a los civiles 

El domingo por la mañana agentes de seguridad israelíes mataron a un palestino cerca de un asentamiento judío en Cisjordania, informó el ministerio de Salud palestino.

Según el ejército israelí, el hombre iba "armado".

El gabinete de seguridad del Estado hebreo propuso el sábado por la noche facilitar el porte de armas de civiles.

"Cuando los civiles llevan armas, pueden defenderse", declaró a la prensa el ministro israelí de Seguridad Nacional, el ultraderechista Itamar Ben Gvir.

"Nuestra respuesta será vigorosa, rápida y precisa", aseguró el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, que regresó al poder en diciembre con un nuevo gobierno que incluye ministros de extrema derecha y de partidos judíos ultraortoxos.

La Autoridad Palestina, que gobierna en Cisjordania, consideró que Israel es "plenamente responsable de la peligrosa escalada".

Desde Washington hasta Moscú, pasando por París, se multiplicaron las llamadas de dirigentes internacionales que piden evitar "una espiral de violencia".

El jefe de la diplomacia de Estados Unidos, Antony Blinken, llegó el domingo a Egipto para iniciar una breve gira por Oriente Medio, que incluirá una etapa en Jerusalén y otra en Ramala.

El papa Francisco condenó el recrudecimiento de la violencia y pidió a las dos partes del conflicto palestino-israelí que emprendan una "búsqueda sincera de la paz". 

El diputado israelí Mickey Levy, del partido centrista Yesh Atid (oposición), advirtió que la nueva ola de violencia recordaba a la segunda Intifada, el levantamiento palestino de 2000 a 2005, que registró sangrientos enfrentamientos.

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