Por AFP Agencia |11 de marzo de 2022, 10:48 AM

Once años después del devastador tsunami en el noreste de Japón, miles de trabajadores siguen implicados en la planta nuclear de Fukushima Daiichi para un complejo y largo proceso de desmantelamiento del lugar.

A continuación, algunos hechos sobre la situación de la planta que la AFP visitó este mes:

- El daño -

Tres de los seis reactores de Fukushima estaban operativos en el momento del tsunami el 11 de marzo de 2011. Los tres entraron en fusión al fallar los sistemas de refrigeración cuando las olas inundaron los generadores de apoyo.

No había fuel en los otros tres reactores, pero las explosiones de hidrógeno en las unidades 4, 1 y 3 causaron amplios daños.

La potencia de las explosiones ha dejado huella en la parte superior de la unidad 1, con el armazón de metal retorcido, y, en la unidad 3, con las antiguas paredes dañadas y descoloridas bajo una nueva cubierta.

Las grúas se elevan por encima de varias unidades, mientras operarios en trajes protectores y equipados con dosímetros, respiradores y cascos emplean la maquinaria.

En el resto del recinto, los edificios administrativos abandonados están vacíos y unos carriles verdes muestran las zonas donde los trabajadores puedan caminar sin equipo de protección.

- Barras de combustible -

Las barras de combustible se han retirado en dos unidades y el proceso está en curso en la 5 y la 6, que no sufrieron daños por el accidente.

Pero en la unidad 1, se deben limpiar importantes cantidades de escombros radioactivos antes de poder acceder a las barras. Para evitar esparcir polvo radioactivo, los trabajadores están instalando un nuevo techo y esperan empezar a limpiar los escombros en 2027.

En la unidad 2, los niveles de radiación son tan elevados que el operador de la central, TEPCO, planea quitar las barras enviando robots en dos plataformas, de las que solo una está construida.

La retirada de las barras allí se espera a partir de la primavera de 2024.

- Residuos de combustible -

En las unidades 1 y 3, el combustible y otros materiales se fusionaron y solidificaron en "residuos de combustible" altamente radioactivos.

TEPCO se ha pasado años analizando la ubicación y la magnitud del problema, dijo el comunicador de riesgo de la planta, Keisuke Matsuo, a AFP.

"Empezamos investigando el interior del reactor 1 en febrero, esperando entender la condición de los residuos y los sedimentos", dijo. "Planificamos que el reactor 2 será el primero del que quitaremos los residuos de combustible y prevemos empezar este año".

Un brazo robótico para realizar la operación fue entregado en julio, con retraso por la pandemia, y está en pruebas.

- Agua contaminada -

La instalación produce 140 metros cúbicos de agua contaminada cada día (una combinación de agua subterránea, marina y de lluvia que se filtra en esa zona y el agua usada para refrigerar).

TEPCO ha pavimentado algunas áreas, instaló bombas de agua y ha construido una pared de hielo para mantener el agua fuera, pero el problema persiste.

El agua se filtra para quitar varios radioisótopos y conducirlos a depósitos. Ya se han almacenado 1,29 toneladas y la previsión es que quedarse sin espacio este año.

Las cisternas blancas, grises y azules ocupan gran parte del recinto, con un puñado de pinos y cerezos que sobrevivieron la catástrofe.

TEPCO asegura que el agua tratada se ajusta a los estándares nacionales por nivel de radioisótopos, excepto para el tritio. Su plan es diluir el agua para reducir los niveles de tritio y expulsarla mar adentro durante varias décadas a través de una tubería submarina.

El plan cuenta con el respaldo del regulador nuclear de la ONU, pero causa controversia entre las comunidades locales y países vecinos.

"Creemos que esta agua tratada es segura", dijo Matsuo.

- Coste -

Unas 4.000 personas trabajan a diario en la fábrica, generando importantes cantidades de residuos de material de protección.

El desmantelamiento debe durar 30 o 40 años y costará unos 8 billones de yenes (69.000 millones de dólares) que TEPCO asegura que cubrirá. Pero esta cifra no incluye el coste de tratar y desechar el agua contaminada.