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Falsificador de vinos en EEUU cometió errores de principiante, dice testigo

El castillo de naipes del coleccionista de vinos Rudy Kurniawan, acusado de falsificar botellas de grandes cosechas por millones de dólares...

Por AFP Agencia 12 de diciembre de 2013, 7:22 AM

El castillo de naipes del coleccionista de vinos Rudy Kurniawan, acusado de falsificar botellas de grandes cosechas por millones de dólares, continuó desplomándose el jueves en su juicio en Nueva York con el testimonio aplastante de un viticultor francés.

Kurniawan, un indonesio de 37 años y considerado en su momento "uno de los cinco coleccionistas de vino más grandes del mundo", fue detenido en 2012 en California y transferido a Nueva York, donde se lo juzga por venta de vinos falsificados y fraude financiero.

Algunos de los vinos fraudulentos que vendía Kurniawan eran presentados como procedentes de la bodega francesa Domaine Ponsot, una centenaria empresa familiar de Borgoña.

Este jueves, Laurent Ponsot, copropietario de la bodega, testimonió en el juicio sobre el modo en que fue alertado del fraude por correo electrónico en abril de 2008, dos días antes de una subasta en Nueva York en la que se ofrecían 97 botellas del Domaine Ponsot estimadas entre 440.500 y 602.000 dólares.

"¿Desde cuándo producen ustedes el Clos Saint-Denis?", le preguntó este amigo, explicándole que en la subasta se proponían botellas de los años 1945 y 1949.

Como esa denominación había comenzado a envasarse en 1982, Ponsot contactó de inmediato al dueño de la casa de subastas para pedirle que sus vinos fuesen retirados y, a pesar de recibir garantías de ellos, decidió viajar a Nueva York para quedarse tranquilo.

El viticultor llegó diez minutos después del inicio de la subasta y vio que los vinos propuestos por Rudy Kurniawan seguían allí, tras lo cual logró retirarlos de la venta. Las botellas tenían varios errores en la falsificación, pero nadie pareció darse cuenta excepto esta persona.

Desde entonces hasta mayo de 2009 Ponsot buscó que Kurniawan le explicase cómo había obtenido las botellas pero éste le mintió diciendo que las había comprado en Indonesia.

Aquella subasta de 2008 marcó el principio de la caída de Kurniawan, quien durante sus años de gloria vivió a lo grande: entre 2006 y 2011 gastó 16,32 millones de dólares en una sola de sus tarjetas de crédito. Coleccionaba además obras de arte y relojes y autos de lujo.

Kurniawan puede ser condenado hasta a 40 años de prisión. Su proceso duraría unas dos semanas.