Por AFP Agencia |15 de abril de 2021, 9:45 AM

Madrid, España | El incidente sufrido por el defensa francés del Valencia, Mouctar Diakhaby, que denunció insultos racistas a principios de abril, ha puesto el foco sobre las contradicciones del fútbol español, con casos de este tipo y sanciones tímidas.

El 4 de abril, Diakhaby abandonó el campo seguido por sus compañeros en el partido en Cádiz (2-1), acusando al jugador rival Juan Cala, de proferir insultos racistas. El juego se reanudó poco después, sin el defensa francés, afectado por el incidente.

LaLiga, que gestiona el fútbol profesional en España, abrió una investigación que cerró sin encontrar pruebas de los insultos, tras examinar audios e imágenes del partido y recurrir a expertos en lectura de labios.

La Federación Española de Fútbol (RFEF), competente en materia disciplinaria, sigue estudiando el caso.

"No ocultamos nada", dijo el miércoles, el presidente de LaLiga, Javier Tebas, en una entrevista con la cadena de televisión regional Aragón TV. 

"Se ha hecho un trabajo del sonido del estadio y lectura de los labios. El resultado es que Cala no lo dijo. Ya tenemos un segundo informe que ratifica que no se escucha ese insulto", afirmó.

Desde los años 1980, se han dado varios casos de racismo en los estadios españoles, pero pocos han dado lugar a sanciones.

- "Ninguna acción" -

"Es un postureo (lo de LaLiga). No sólo en el caso de Iñaki Williams o de Diakhaby. Históricamente, están banalizando estas contradicciones, este discurso racista", afirma a la AFP Raúl Martínez Corcuera, profesor de comunicación en la Universidad de Vic, y experto en discursos de odio en el deporte.

"¿Hay un problema con el racismo en España? Si. ¿Estamos actuando? No. ¿Queremos actuar? Por el momento, pues no, no veo ninguna acción en concreto", afirma este profesor.

Desde el 2007, con la ley contra el racismo y la violencia en el deporte, "la policía, los jueces, tienen todos los recursos para atajar cualquier tipo de discurso de odio que se puede hacer. El problema es que no se actúa", insiste Martínez Corcuera.

El único partido parado por discursos de odio en el fútbol profesional español fue el del Rayo Vallecano-Albacete, de 2ª división en diciembre de 2019.

Fue suspendido en el descanso por cantos e insultos de los aficionados radicales rayistas (políticamente muy de izquierdas) al delantero ucraniano Roman Zozulya, al que trataron de "nazi". El segundo tiempo se jugó a puerta cerrada siete meses más tarde.

El 4 de abril, los jugadores del Valencia acompañaron a Diakhaby al vestuario... y volvieron después de una decena de minutos con el acuerdo de Diakhaby para acabar el partido.

- ¿Menos racismo? -

"Era un momento clave para parar, y saber qué ha ocurrido. No fue así, y ahora, ¿qué pasa? Todo sigue igual", lamenta el exjugador profesional Alberto Edjogo-Owono, formado en España y de padre ecuatoguineano.

"Reanudar el partido es el peor mensaje que se podía enviar", afirma el exfutbolista, autor del libro "Indomable: cuardernos del fútbol africano", quien, no obstante, cree que ha habido avances.

"Me parece que hay muchísimo menos racismo en España que en los años 1990 y 2000", afirma, recordando que cuando jugaba "en los años 2000, te ibas a cualquier campo, y te decían: 'recoge el algodón', 'vuelve en patera', 'súbete al árbol', nos tiraban plátanos, cacahuetes, gritos de mono…".

En 2014, el defensa brasileño del Barcelona Dani Alvés dio un mordisco a un plátano que acababan de tirarle desde las tribunas del Villarreal, antes de lanzar un córner como si tal cosa.

Sea como sea, Alberto Edjogo-Owono reclama una "voluntad real" de acabar con los comportamientos racistas en los campos de España. "Las campañas en Instagram, o las pancartas 'No al racismo' en los partidos está muy bien, pero esto es postureo, hay que llamar las cosas como son", concluye.