Por Adrián Fallas |24 de febrero de 2022, 17:10 PM

Mientras las fuerzas de Rusia continúan sus ataques en territorio de Ucrania, el presidente Joe Biden anunció este jueves nuevas sanciones económicas que convertirán a su homólogo ruso Vladimir Putin en un "paria" por haber invadido al país vecino.

En un discurso desde la Casa Blanca, Biden dijo que Occidente sancionará a otros cuatro bancos rusos y que las restricciones a la exportación suprimirán "más de la mitad de las importaciones tecnológicas de Rusia".

Las hostilidades iniciaron la madrugada del jueves, en una ofensiva general con bombardeos aéreos e incursiones terrestres que en pocas horas se acercaron a Kiev y tomaron la siniestrada central nuclear de Chernóbil, dejando decenas de muertos.

Para analizar ciertos aspectos de la situación que se vive en Europa, Teletica.com entrevistó a Eduardo Ulibarri, quien entre otros cargos fue Embajador y Representante Permanente de Costa Rica ante las Naciones Unidas.

A continuación, un extracto de la conversación.

Mientras el Consejo de Seguridad de la ONU estaba en sesión extraordinaria Vladimir Putin anunciaba su aval a la invasión de Ucrania. ¿Qué lectura podemos hacer de esto o fue algo fortuito?

Podemos leer dos cosas. Primero, que era una acción largamente planeada y una decisión tomada desde días atrás, con una dinámica ya propia, basada en la voluntad de acudir al uso de la fuerza. Segundo, que el gobierno de Putin no siente contención alguna por el marco del derecho internacional, del cual son bastiones las Naciones Unidas, su Carta y su Consejo de Seguridad.

Como era de esperarse la gran mayoría de países del mundo, incluyendo las potencias han condenado la escalada militar, situación similar se dio en el 2014 durante el conflicto en Crimea. ¿Hay posibilidad de que la respuesta esta vez sea militar y no solo sancionatoria?

Tanto Europa como Estados Unidos y otros aliados clave han descartado una intervención militar directa de su parte. Sí han proporcionado asistencia y equipos militares a Ucrania, pero totalmente insuficientes ante un enemigo tan poderoso y decidido como Rusia. Su instrumento esencial de represalia son una serie de sanciones, esencialmente económicas, con un impacto que tardará en hacerse sentir, por lo cual no veo que tengan capacidad alguna para detener la acción militar rusa.

Ls reportes hablan de que tropas rusas ingresan a Ucrania desde Bielorrusia, un país alineado a Moscú. ¿Esto debería ser una llamada de atención a las otras naciones que formaron parte de Unión Soviética?

Bielorrusia y su dictador, Alexander Lukashenko, no solo han sido estrechos aliados, sino virtuales dependencias moscovitas desde que Lukashenko acudió a la ayuda de Putin para enfrentar enormes manifestaciones en su contra, luego de una farsa electoral. Por esto, no solo estaba dispuesto, sino que no tenía otra opción, a aceptar ejercicios militares junto a Rusia que, de acuerdo con los servicios de inteligencia occidentales, eran un preludio para la invasión. La mayoría de las otras exrepúblicas soviéticas, a excepción Lituania, Estonia y Letonia, son autocracias de diversa índole y están dentro de la órbita de Moscú. Sin embargo, de aquí a que acepten una presencia de tropas rusas hay gran distancia. La excepción reciente ha sido Kazajistán, que las llamó para hacer frente a protestas, pero permanecieron poco tiempo en su territorio.

¿Considera usted que esta situación que se vive en estos momentos entre Ucrania y Rusia se pueda repetir en otros lugares del mundo?

El riesgo siempre existe, y su manifestación dependerá, en buena medida, no solo de la voluntad de los eventuales agresores, sino también de la respuesta de las democracias europeas, Estados Unidos, Canadá, Japón, Australia y Corea del Sur, entre otros aliados. Donde percibo un mayor riesgo en este momento en relación con Taiwán, que China reclama como territorio y en los últimos meses ha incrementado la presión sobre la isla, sobre todo vía ejercicios militares en aguas y espacio aéreo que la rodean.

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