Por AFP Agencia |18 de diciembre de 2020, 13:35 PM

Al menos 15 niños murieron y otras 20 personas resultaron heridas el viernes en una explosión ocurrida cerca del lugar donde se celebraba una ceremonia religiosa, en la provincia de Ghazni, en el este de Afganistán, informaron fuentes administrativas y policiales.

Niños y adultos estaban reunidos en una casa para asistir a una lectura del Corán, en el distrito de Gilan, a unos 120 km de Ghazni, la capital de la provincia.

Una moto cargada de explosivos estalló cerca de la vivienda y "quince niños murieron", declaró Wahedulá Jumazada, portavoz del gobierno regional de Ghazni.

Ahmad Khan Seerat, portavoz de la policía provincial, confirmó este balance y dijo que se trataba de un ataque talibán. Otras veinte personas, entre ellas niños, fueron heridas en la explosión, según ambas fuentes.

Según Jumazada, la zona donde ocurrió la explosión está bajo el control de los talibanes.

Los talibanes y el ejército afgano se enfrentan con regularidad en la provincia de Ghazni. A finales de noviembre, al menos 30 soldados murieron en un atentado suicida con coche bomba contra una de sus bases.

Afganistán vive una nueva oleada de violencia y los talibanes llevan a cabo ataques casi a diario contra las fuerzas gubernamentales, principalmente en las zonas rurales, a pesar de las conversaciones de paz que se están desarrollando en Doha, capital de Catar, desde septiembre.

Negociaciones de paz interrumpidas

Esas negociaciones fueron interrumpidas hasta el 5 de enero. Ambas partes deben aún acordar la agenda de las discusiones.

Estados Unidos, en virtud de un acuerdo separado concluido con los talibanes en febrero en Doha, aceptó retirar todas sus tropas de Afganistán antes de mayo de 2021 a cambio de garantías de seguridad y del compromiso de los insurgentes de iniciar conversaciones con el gobierno de Kabul.

Los ataques dirigidos contra personalidades --periodistas, políticos, religiosos o defensores de los derechos humanos-- también aumentaron en los últimos meses.

Estos asaltos no suelen ser reivindicados, pero el gobierno afgano los imputa a los talibanes, a los que acusa igualmente de intentar ganar ventaja en la mesa de negociaciones con esta violencia.

La capital afgana también ha sido escenario recientemente de sangrientos ataques, reivindicados por el grupo yihadista Estado Islámico, que provocaron varias decenas de muertos.

Entre enero y septiembre de este año, más de 2.100 civiles murieron y más de 3.800 resultaron heridos en el país, de acuerdo con la misión de la ONU en Afganistán.

El presidente afgano, Ashraf Ghani, pidió que la próxima ronda de las negociaciones se celebre en Kabul, argumentando que era inapropiado reunirse en "lujosos hoteles" en Doha.

Negociadores talibanes se encontraban el viernes en Pakistán para reunirse con el primer ministro, Imran Khan, quien ha abogado por una reducción de la violencia y un alto el fuego.